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Así ha usado el régimen de Assad las armas químicas en Siria

Esta es la cronología de los episodios con armas químicas en Siria desde 2011

AGENCIAS AGENCIAS

Hace ya seis años que se inició la guerra en Siria y, prácticamente desde el principio, surgieron acusaciones cruzadas entre el Gobierno y los opositores por el supuesto empleo de armas químicas, lo que según el derecho internacional constituiría un crimen de guerra.

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En estos años, la ONU ha constatado el empleo de estas armas por parte del régimen, pero también -a mucha menor escala-, de los yihadistas del Estado Islámico. Se ha pasado de la negación absoluta de los hechos por parte del gabinete de Bachar el Assad -decía que no tenía armas de este tipo, siquiera- a llevar a cabo su desarme, pero no completo, a la luz de las denuncias de rebeldes, médicos y activistas.

Esta es la cronología de los episodios con armas químicas en Siria desde 2011, recopilada con ayuda de la agencia AFP.

PRIMERO, LA AMENAZA

EL 23 de julio de 2012, el régimen sirio admite por primera vez que posee armas químicas y amenaza con utilizarlas en el caso de que se produzca una intervención militar occidental, pero no contra su población, matiza.

El 20 de agosto de este mismo año, el entonces presidente estadounidense, el demócrata Barack Obama, afirma que recurrir a tales armas, o incluso desplazarlas, supondría atravesar una «línea roja» sin retorno que podría llevar a una intervención de sus tropas en suelo sirio.

GUTA, LA MATANZA QUE ESPANTÓ AL MUNDO

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El 21 de agosto de 2013 se produjo el que es, hasta hoy, el más mortífero ataque con armas químicas perpetrado por el Ejército de Assad en estos seis años de contienda. Sus fuerzas armadas atacaron en Guta oriental y en Muadamiyat al Sham, dos suburbios de la capital damasquina que estaban en manos de los rebeldes. La oposición acusó al Gobierno, que desmintió tajante el uso de gases.

A fines de ese mes, Estados Unidos dijo tener la «clara certidumbre» de que el régimen era el responsable del ataque que dejó, según sus datos de Inteligencia, al menos 1.429 muertos; entre ellos había 426 niños.

El 16 de septiembre de ese año, la ONU publicó un informe de sus expertos que investigaron el ataque, según el cual se habían hallado «pruebas flagrantes» de que se utilizó gas sarín, 20 veces más letal que el cianuro. En aquel tiempo, ante la práctica certeza del uso ilegal de estas armas por parte de Assad, Obama recordó su amenaza, dijo que Guta había sido la línea roja que venía marcando desde hacía meses, y durante días se especuló con un ataque inminente, aleccionador, de EEUU sobre Siria.

Sin embargo, todo fue nada. La firma de un acuerdo ruso-estadounidense sobre el desmantelamiento del arsenal químico sirio descartó in extremis la amenaza de ataques aéreos contra el régimen, contemplados por Estados Unidos -y también por Francia- para «castigar» al presidente y sus fuerzas.

El mismo Assad que decía que no tenía armas químicas acabó por entregarlas, hasta que acabaron en barcos en mitad del Mediterráneo donde se iban destruyendo.

TRES ATAQUES CON CLORO

El 10 de septiembre 2014 los investigadores de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) confirmaron que se había usado cloro como arma química de forma «sistemática y reiterada» en Kafr Zeta (provincia de Hama, centro), Al Tamana y Tal Minnis (provincia de Idlib, norte), es decir, en tres ataques al menos. Según Human Rights Watch (HRW), estos bombardeos contra pueblos en manos de rebeldes fueron llevados a cabo en abril por el régimen.

Washington, Londres y París acusaron al ejército sirio de haber llevado a cabo desde hacía 16 meses ataques con gas de cloro. Sin embargo para Rusia, aliado del régimen, no existen pruebas irrefutables de la culpabilidad del régimen. Como ha dicho ahora en relación con el ataque de Jan Sheijun, en ocasiones se termina confirmando un bombardeo pero se dice que el objetivo eran silos o fábricas de armas en las que los opositores tendrían el armamento ilegal.

MÁS DENUNCIAS

El 2 de agosto de 2016, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) mencionó 24 casos de asfixia en la ciudad rebelde de Saraqeb, a 50 km al sur de Alepo (norte). Diez días más tarde, Francia expresó su «preocupación por informaciones» sobre un ataque químico en Alepo el 10 de agosto, que habría causado cuatro muertos y decenas de heridos.

ACUSACIÓN FORMAL

En enero de 2016, la OPAQ dijo que contaba con muestras de sangre tomadas tras un ataque no especificado que mostraban que los civiles habían sido expuestos a sarín o a una sustancia similar.

El 21 de octubre de este año, el Consejo de Seguridad de la ONU recibió un informe confidencial en el que se concluye que el ejército llevó a cabo un ataque con armas químicas -concretamente cloro- en Qmenas (provincia de Idlib, noroeste), el 16 de marzo.

En un informe previo, la comisión de investigación bautizada como Joint Investigative Mechanism (JIM), había concluido que se había esparcido gas de cloro desde helicópteros militares al menos en otras dos localidades de Idlib, en Talmenes el 21 de abril de 2014 y en Sarmin el 16 de marzo de 2015.

En total, sobre nueve supuestos ataques químicos estudiados por los expertos, tres fueron atribuidos al régimen y uno al Daesh, con gas mostaza, en Marea, cerca de Alepo, el 21 de agosto de 2015.

HRW ha denunciado en las últimas semanas que helicópteros del régimen han lanzado bombas con cloruro en zonas controladas por rebeldes en Alepo, la que fuera capital económica siria.

RUSIA Y CHINA PROTEGEN A ASSAD

El 28 de febrero de 2017, Rusia y China impusieron su veto a una resolución de la ONU que intentaba imponer sanciones contra Siria por uso de armas químicas. A principios de marzo, la OPAQ indicó que investigaba ocho presuntos ataques con gas tóxico (clorín y sarín) cometidos en el país árabe desde principios de año.

Este martes, la oposición siria exhortó al Consejo de Seguridad de la ONU a abrir una «investigación inmediata» sobre el ataque con «gas tóxico» llevado a cabo en Jan Sheijun, una sustancia aún por identificar que los testigos sostienen que no tenía color, olor ni sabor, lo que concuerda con el sarín. Damasco niega cualquier relación. Rusia dice que sí, que el golpe vino de su aliado, pero que iba contra un arsenal de rebeldes y opositores, algunas fuentes dicen que de Al Qaeda.

Anne Barnard, la corresponsal del diario norteamericano The New York Times en Líbano, explica que sus fuentes sostienen que este último ataque muestra algunas diferencias respecto a otros golpes previos con armas químicas: si suelen tener efecto en espacios limitados y el gas se disipa rápido, ahora se ha expandido al aire libre, afectando a más personas -incluso a las que llegaban minutos después para ayudar, como los Cascos Blancos-, y generando síntomas hasta ahora no vistos, como la contracción de pulilas que, indica, «se asocia a agentes nerviosos y otras toxinas prohibidas».

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