La historia de un pequeño pez dorado que no podía flotar está conmocionado a las redes sociales. Resulta que este animalito tiene un trastorno que le impide nadar, por lo que, un joven decidió construirle una pequeña «silla de ruedas».
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Todo sucedió cuando la dueña del pez lo llevó a un acuario de San Antonio, Estados Unidos para encontrar alguna solución. Ahí conoció a Derek, un inventor que trabaja en el lugar y al ver el caso del pez, tuvo una gran idea, «Le hice una silla de ruedas y le encanta».
Derek le contó a BuzzFeed que construyó un primer modelo con un tubo de aire de acuario, que enrolló con cuidado alrededor del pez, «Añadí algunas válvulas en la parte baja, que actuaban a modo de silla para que se apoyara», explicó.
«Añadí peso abajo y algo para mantenerlo a flote arriba (espuma de poliestireno) y quité piezas despacio hasta que conseguí la flotación adecuada para que le resultara fácil nadar sin sentir que está arrastrando algo», dijo Derek, según publica Terra.