Mientras Quito se mueve en la superficie, la tuneladora La Guaragua hace lo suyo desde el fondo de saco ubicado bajo el sector de El Labrador, como parte de los trabajos que corresponden al Metro de Quito.
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A 100 milímetros por minuto, la tuneladora ya ha avanzado un aproximado de 300 metros desde donde fue ensamblada hasta la estación de El Labrador (fase de ripado), donde este 24 de febrero se inaugurará de forma oficial el inicio de la excavación para la construcción del túnel que llegará hasta La Alameda.
Esta tuneladora, que arribó al país desde Alemania y pesa cerca de 1.200 toneladas en kilos de hierro, realizará su trabajo durante 17 meses, en el que recorrerá 15 kilómetros de excavación. Según lo planificado, la tuneladora avanzará hasta 20 metros por día, es decir, que al mes avanzará entre 380 y 400 metros en promedio.
Su paso es casi imperceptible cerca de ella, más aún en superficie. Según José Pablo Castro, coordinador de producción del tramo de El Labrador a La Alameda de La Guaragua, “al excavar en estos suelos no existe prácticamente vibración, más vibración existe en el paso de los vehículos en la Av. Isaac Albéniz que la tuneladora que está a 20 metros debajo de la superficie”.
Y es que la explicación para este fenómeno se basa en el tipo de suelo. Castro explica que el terreno en este sector de la ciudad es de cangahua (material volcánico), haciéndolo muy firme.
De igual forma, los vehículos que circularán dentro del túnel son pequeños y utilizarán neumáticos para disminuir la vibración y transportarán el material de construcción y el personal que laborará dentro de la tuneladora, la cual necesita de hasta 25 trabajadores para su operación.
Desde noviembre hasta hoy, cerca de 220 personas pusieron a punto esta fase de la obra, tanto en el ensamblaje de la máquina como en la instalación del equipo auxiliar, por ejemplo, la cámara hiperbárica para efectos de presión, un ventilador para ir renovando el aire continuamente, la fábrica de dóvelas que recubrirán el túnel, entre otros implementos. Además, en el control de mando de la tuneladora, hay que mencionar el apoyo de 12 técnicos alemanes, que vigilarán el funcionamiento de la máquina hasta la colocación de 1.500 anillos del túnel (plazo de la garantía de fábrica).
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La maquina funciona las 24 horas sin interrupción y en ella se trabaja en tres turnos.
Según el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, al momento se construyen 12 estaciones que forman parte del proyecto, cuyo plazo de finalización es de 36 meses.
La segunda tuneladora Luz de América iniciará la excavación desde la Estación de Solanda hacia La Alameda en pocos días y la tercera tuneladora, Carolina, iniciará desde Solanda hasta Quitumbe.
Es una fábrica rodante:
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Tiene una extensión de 100m, con una cabeza giratoria de 9.4 metros de diámetro.
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Solo el asa pesa 135 tonaladas, es una de las piezas más grandes.
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En 15 kilómetros se colocarán hasta 15 mil dovelas, que es el material de revestimiento del túnel.
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La rueda de corte de la tuneladora es de tipo mixto. Permitirá que nos permite trabajar en suelos blandos y también cortadores para romper rocas.
Entrevista a José Pablo Castro, coordinador de producción del tramo de El Labrador- La Alameda:
¿Cómo funcionará la tuneladora?
La tuneladora excava el terreno y en tramos de metro y medio se colocarán anillos de revestimiento. Cada anillo mide un 1,5 metros de longitud y está formado por siete piezas o dovelas. Las dovelas son bajadas desde la superficie con una grúa y los espacios entre ellas son rellenadas con una mezcla ‘lechada’ de cemento.
¿Cómo se trabajará en cuanto a seguridad?
En el interior del túnel todos los trabajadores están siempre protegidos bajo el anillo o el escudo metálico de 70 milímetros de espesor por lo que no hay riesgo de un atrapamiento por caída del terreno.
Además, los cambios de turno se hacen dentro de la tuneladora.
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