Negocios de todo Estados Unidos cerraron este jueves por la protesta del «Día sin inmigrantes», un espontáneo boicot contra la políticas migratorias del presidente Donald Trump que ha contado con el apoyo de empresarios y vecinos en numerosos puntos del país.
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Un gran número de empresas de construcción, restaurantes, servicios de cuidado de niños o supermercados cerraron hoy sus puertas para demostrar a Trump que, sin el trabajo inmigrante, Estados Unidos quedaría paralizado y sus comunidades privadas de una parte integral de su vida diaria.
Inmigrantes en ciudades como Chicago, Washington, Boston, Filadelfia o Los Ángeles abandonaron sus puestos de trabajo, se negaron a comprar o a tomar el transporte público, para disociarse por un día de la economía estadounidense y demostrar su importancia.