En Johannesburgo, Sudáfrica, ratas gigantes africanas, que pueden alcanzar el tamaño de un perro mediano, se comieron viva a una niña de tres meses que dormía en su casa sola mientras su madre salía de fiesta, informó The Daily Mail.
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Mama Sesi Mtshali, madre de la pequeña, al llegar a casa encontró los restos de su bebé sobre la cama.
En un principio, Mtshali, alegó que la niña había muerto quemada, pero los vecinos, que habían acudido momentos antes, explicaron que su «lengua, ojos y dedos habían sido comidos.
Añadieron los vecinos que había partes de su cuerpo que faltaban, y tenía mordeduras y heridas que fueron infligidas por los dientes afilados de las ratas».
Testigos incluso comentaron que la mujer se había llevado con ella a la fiesta al hermano gemelo de la bebé. Mama Sesi Mtshali también explicó que esta es una zona donde existen muchísimas ratas y que la madre solía dejar a los niños solos continuamente para salir de fiesta, mientras que estos se quedaban llorando hasta que se dormían.
La policía confirmó ya que la bebé murió por la mordedura de las ratas. La madre fue arrestada por negligencia infantil.
En 2011, dos niñas murieron en otros dos incidentes tras ser comidas vivas, en Sudáfrica. Ese mismo año, una abuela de 77 años murió después de que su rostro fuese roído por estos animales mientras dormía, reportó RT en Español.