La Autoridad de Embriología y Fertilización Humana (HFEA) del Reino Unido dio hoy, 15 de diciembre del 2016, luz verde a la fecundación de bebés nacidos a partir del ADN de «tres progenitores», a fin de evitar enfermedades congénitas.
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El regulador británico permitirá a partir de ahora a las clínicas de este país solicitar los permisos necesarios para aplicar la controvertida técnica de fecundación, con la que esperan prevenir nacimientos de niños con enfermedades genéticas incurables.
La HFEA deberá autorizar cada caso de manera individual antes de que estos procedimientos puedan efectuarse.
«Se trata de una decisión de importancia histórica», señaló Sally Cheshire, presidenta de este organismo.
Se espera que la aplicación de estos tratamientos, aprobados legalmente en este país en 2015 (a falta de que la HFEA diera la autorización definitiva), vayan a ayudar cada año a 25 parejas a concebir un bebé sano.
Un equipo médico de Newcastle (norte de Inglaterra) será el primero en poder ofrecer este tipo de procedimiento experimental, para el que ya han solicitado donantes de óvulos.
Esta técnica de reproducción asistida emplea ADN de tres padres diferentes -del padre, de la madre y de una donante o «segunda madre»-, y permite a progenitores con mutaciones genéticas raras dar a luz hijos sanos.
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El método puede ser llevado a cabo de varias maneras, si bien el autorizado en el Reino Unido, denominado transferencia pronuclear, implica la fertilización del óvulo de la madre, del de una donante y del esperma del padre.
Por ese procedimiento, antes de que los óvulos fertilizados comiencen a dividirse en embriones, se retira cada núcleo y, a continuación, se descarta el de la donante para reemplazarlo por el de la madre.
El bebé resultante de ese proceso cuenta con una minúscula cantidad del ADN de la donante si bien todo lo que define aspectos físicos y de personalidad procede de sus padres.
La aplicación de esta técnica, cuya ética ha sido cuestionada desde varios sectores, se permite en casos donde se detecta la existencia de un riesgo muy elevado de que un bebé vaya a desarrollar una enfermedad mitocondrial.
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