En Austria se desató una polémica luego de que el ministerio de Interior, Wolfgang Sobotka anunciara que demolerán la casa natal de Hitler, ubicada en Braunau am Inn. Según el ministro austríaco «la casa de Hitler será tirada abajo. El sótano puede quedar, pero encima se construirá un edificio nuevo».
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Sobotka dijo que se impedirá que el edificio adquiera una «fuerza simbólica». También aseguró que iniciarán los trámites parlamentarios para darle un marco legal al derrumbe de la casa.
El ministro recalcó que la propiedad será entregada al municipio de Braunau «para fines caritativos o fines oficiales».
Por su parte, Clemens Jabloner, expresidente del mayor tribunal administrativo austriaco señaló a través de un comunicado, que la demolición de la casa de Hitler no fue aprobada por ellos. Esta iniciativa, según él, fue explicada detalladamente en la propuesta del gobierno de ese país.
Por el contrario, el comité está a favor de «una reforma arquitectónica profunda» ya que la demolición «iría a favor de la negación del pasado nazi en Austria».
Ya había una ley de expropiación
El gobierno austríaco aprobó una ley, en julio pasado, para expropiar la casa natal de Hitler. Este edificio está bajo protección por tener cimientos del siglo XVII.
Según reseña infobae.com, expertos han criticado que con el derribo de la casa, Austria podría perder la posibilidad de conmemorar su propio pasado nazi.
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Al respecto, Sobotka refirió que Austria construye dos «Casas de la Historia», una en Viena y otra en la ciudad de Sankt Pölten, donde se continuará el fomento del trabajo de memoria histórica.