Aprovechando su elogiado desempeño en el debate, Hillary Clinton se dirigió hoy directamente a los votantes jóvenes cuyo entusiasmo impulsó la campaña de Bernie Sanders en las elecciones primarias demócratas.
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Clinton y Sanders hicieron campaña juntos por primera vez desde julio, cuando realizaron un acto de «unidad» del Partido Demócrata. Desde entonces, Clinton ha tenido dificultades para ganar a los jóvenes que fueron un pilar crucial de la coalición que eligió dos veces al presidente Barack Obama.
La muestra de unidad se realizaba en New Hampshire, un estado donde fue rotundamente vencida por Sanders en las primarias y que estará en fuerte disputa en las elecciones de noviembre.
Preocupado porque sus partidarios no se han volcado a la campaña de Clinton, Obama expresó su frustración por el hecho de que la gente «no la aprecia». Insinuó que una de las razones es que ella es mujer y Estados Unidos nunca ha tenido una presidenta. En una entrevista radial durante la mañana de hoy, Obama imploró a sus seguidores a registrarse para votar y hacerlo por Clinton.
«Mi legado está en juego», dijo. «Todo lo que hemos logrado en los últimos ocho años está en juego».
Por su parte, el republicano Donald Trump intentaba revertir la imagen del día siguiente al debate, en el que apareció a la defensiva. Dijo que tuvo éxito en el debate, asegurando que su campaña recaudó 18 millones de dólares al día siguiente.
Los dos candidatos se lanzaron a encontrarse con los votantes en los estados más disputados en el lapso entre el primer debate y el próximo gran enfrentamiento: el debate de los candidatos a vicepresidente el martes. Trump prevé para las próximas horas realizar actos en Iowa y Wisconsin y un discurso en Illinois.
El republicano quiere recuperar terreno ante los problemas sufridos en la víspera por revivir un problema de hace décadas, cuando criticó a una ex miss universo por haber «engordado muchísimo». El tono combativo de Trump después del debate, cuando fustigó al conductor y se quejó sobre su micrófono, fue interpretado como un reconocimiento por parte de él de que su desempeño como polemista había sido deficiente.