A las 17:30, el jefe de las FARC Rodrigo Londoño y el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, sellaron con su firma el acuerdo que puso fin al conflicto armado, dejando atrás más de cinco décadas de violencia y enfrentando a los desafíos que se vienen.
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Ambos firmaron con un ‘balífrago’, una pluma adaptada a partir de una bala usada en la guerra.
“Ofrezco perdón a todas las víctimas del conflicto por todo el dolor que hemos podido causar en esta guerra… Que Dios bendiga a Colombia, se acabó la guerra”, dijo Rodrigo Londoño, el jefe de la guerrilla, cuya parte final del discurso fue interrumpida por el estruendoso sonido de un avión que asustó al jefe rebelde y a los asistentes que se pusieron de pie.
“Renacemos para echar a andar una nueva era de reconciliación y de construcción de la paz”, dijo Londoño, quien aseguró que la guerrilla va “hacia la política sin armas”.
“Que nadie dude de que vamos hacia la política sin armas, preparémonos todos para desarmar las mentes y los corazones”, dijo el jefe rebelde y destacó la importancia de implementar los acuerdos pactados.
Londoño, quien dijo que la siembra de paz apenas empieza resaltó a antiguos líderes guerrilleros, como Manuel Marulanda y Alfonso Cano.
“Aquí nadie ha renunciado a sus ideas”, dijo y agregó que seguirán impulsándolas ahora en la arena política.
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“No más guerra, no más guerra”, también gritó el presidente Juan Manuel Santos.
El mandatario colombiano dio “la bienvenida a la democracia” a los miembros de la guerrilla FARC. “Cambiar las balas por los votos, las armas por las ideas”, dijo Santos.
También reconoció a las víctimas y agradeció a los militares, quienes en estos años fueron la primera línea en la guerra y pusieron muchas de las víctimas.
“No más muertos, ni jóvenes mutilados por una guerra absurda”, agregó el mandatario en su discurso que exhortó a los colombianos a asistir al plebiscito el próximo domingo que viene y avalar los acuerdos ahora firmados.
“Escogerán entre el sufrimiento del pasado… y las oportunidades que trae la paz”, manifestó profundamente emocionado.
“Miembros de las FARC, hoy (ayer), cuando emprenden su camino de regreso a la sociedad, cuando comienzan su tránsito a convertirse en un movimiento político sin armas, siguiendo las reglas de justicia, verdad y reparación contenidas en el acuerdo, como jefe de Estado de la patria que todos amamos, les doy la bienvenida a la democracia”, dijo Santos.
El presidente colombiano destacó que el fin de la guerra significará destinar más recursos, ya no para el conflicto sino para educación, salud o seguridad ciudadana.
El jefe de Estado refirió la importancia de este pacto histórico al manifestar y reconocer que no es un acuerdo perfecto, pero que salva vidas.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, también habló del momento histórico para Colombia. “Ya no habrá espacio para una política basada en la violencia… Espero que los colombianos puedan superar el dolor y hacer de este un proyecto nacional”, resaltó en la primera intervención del acto. Al final dijo en español: “Viva la paz, Viva Colombia en paz”.
“Sí se pudo, sí se pudo”, gritaba una marea blanca de asistentes a la firma del acuerdo en Cartagena.
El grito se repitió en las calles de la ciudad caribeña, en la capital colombiana o en los Llanos del Yarí, en el departamento del Caquetá, en donde los guerrilleros llegados desde diversas zonas de influencia de la guerrilla siguieron el acto.
En el patio central del enorme edificio, banderas blancas ondeaban, mecidas por la brisa caribeña. “Esto es algo que esperaba toda mi vida, algo con lo que soñé todos los días”, dijo el exguerrillero León Valencia. “Es como esperar un hijo que finalmente llega, ver un viejo amor o como cuando tu equipo favorito mete un gol”, añadió el también analista y politólogo.
Las autoridades pidieron a los asistentes a la ceremonia que vistan de blanco como una forma simbólica de honrar a la paz y así lo hicieron.