El presentador de Ecuavisa, Alfredo Pinoargote, aclaró sus comentarios vertidos el pasado jueves. Aquel día, en una entrevista con el consultor político chileno Patricio Mery Bell, Pinoargote indicó que Chile tuvo «estabilidad» durante la dictadura de Augusto Pinochet.
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Hoy, 26 de septiembre, al inicio del programa Contacto Directo, Pinoargote destinó -en una primera parte- 13 segundos para deslindarse de lo dicho: «Me referí a la estabilidad, a la permanencia en el poder de un régimen político, jamás dije ni he dicho como periodista una sola palabra de elogio a esa dictadura criminal».
Luego, Pinoargote tuvo una segunda parte de su aclaración. Pinaorgote indicó que «el tema de fondo es vender a la estabilidad como absolutamente positiva cuando se enfrenta la oportunidad de un cambio».
Luego, dijo: «históricamente en el Ecuador los gobiernos de mayor estabilidad han sido: General Ignacio de Veintimilla 73 meses, de septiembre de 1876 a enero de 1883, con bonanza mundial de cacao y la cascarilla de la quinina; dictadura militar 90 meses, de febrero de 1972 hasta agosto de 1979 con el primer ‘boom’ petrolero mundial; y Rafael Correa con 124 meses desde enero de 2007 hasta mayo de 2017 con la mayor bonanza petrolera mundial».
Allí no se quedó, Pinoargote señaló que «la gran similitud de los regímenes estables es la construcción de carreteras, escuelas, hospitales y represas. Todos han hecho una gran obra». Pero «la otra cara de la estabilidad y de las grandes obras materiales es el respeto a los derechos fundamentales de los seres humanos», dijo el presentador sumando una serie de dardos hacia «gobiernos autoritarios, con ropajes democráticos» que, según él, «no ametrallan al pueblo en las calles, pero cometen un genocio moral de la sociedad civil».
Al final, Pinoargote dio su ‘diagnóstico’ sobre el tema que él convirtió en polémica: «La estabilidad es una proteína política cuyo exceso produce coágulos en el sistema circulatorio de la alternancia. Bloquea las arterias coronarias del poder, infarta y mata a la democracia».
Con información de diario El Telégrafo