Un infarto según la Fundación Española del Corazón es la necrosis o muerte de las células de un órgano o parte de el. Sucede por falta de riesgo sanguíneo debido a una obstrucción o estenosis (estrechez) de la arteria correspondiente. Este es el caso del infarto agudo de miocardio (músculo cardiaco) pero le puede ocurrir a cualquier órgano.
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Según la Asociación Americana del Corazón los síntomas de un infarto al corazón son dolor, presión o incomodidad en el área del pecho o centro del pecho. Durante más de unos minutos o viene y se va.
Dificultad para respirar con o sin incomodidad en el pecho. Se presentan dolores en uno o los dos brazos, cuello, espalda, maxilar y/o estómago. Se puede sudar, sentir náuseas o mareos.
Según la institución las mujeres son más propensas a experimentar todos los síntomas, a parte del típico dolor de pecho.
La doctora Nieca Golberg, directora médica del Centro de Salud para Mujeres Joan H. Tisch y de la Asociación Americana del Corazón, indica que «aunque tanto hombres como mujeres pueden experimentar un dolor en el pecho como si un elefante estuviera sentado arriba de uno, las mujeres pueden experimentar un infarto sin sentir el dolor o presión en el pecho».
La experta además indica que aunque no hay dos infartos exactamente iguales, y que en general estos son los síntomas, «hay un espectro de presentaciones. Tendemos a no ver a la medicina como blanco o negro».
Golberg señala que ninguno de estos síntomas deben ser tomados a la ligera. Además si tu o alguna persona que esté contigo lo experimenta, es importante comunicarse con el número de emergencia o si es posibles acudas a un hospital cercano.
Según Familias.com la mayoría de los infartos se originan con la fibrilación en las aurículas del corazón, por ello es sumamente importante que la persona reciba un tratamiento inmediato que reduzca las posibilidades de que el tejido de este órgano sufra un daño irreversible. Si la medicina es suministrada a tiempo, la persona puede experimentar una recuperación total.