Comer no solo tiene que ver con matar el hambre, sino también con cómo el cerebro procesa los alimentos que ingerimos.
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«Si le preguntas a alguien si recuerda lo que ha comido, en general recuerda más el desayuno, el almuerzo y la cena, particularmente cuando se ha sentado a la mesa y ha sacado tiempo especialmente para comer, porque el cerebro codifica eso como alimentos ingeridos«, explica la doctora Jane Ogden de la Universidad de Surrey, en Reino Unido.
Es decir que el cerebro recordará los alimentos que haya procesado, pero el ritmo de la vida moderna lleva a muchos a comerse algo camino al trabajo en la mañana o caminando de un lugar a otro a la hora del almuerzo.
Según un estudio reciente de la Universidad de Surrey, comer mientras se camina es aún peor. La investigación destacó que la tendencia a comer más es aún mayor si se consumen alimentos, incluidas las meriendas, cuando se está en marcha. Además, varios estudios han señalado que quienes comen mientras miran TV, utilizan videojuegos, leen o hacen simultáneamente cualquier otra actividad tienden a consumir más calorías.
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