Las autoridades estadounidenses trataban este jueves de terminar con los brotes de violencia en la ciudad de Charlotte, donde llegaron soldados de la Guardia Nacional para contener a los manifestantes que protestan por la muerte de un afroamericano a manos de la policía.
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«Tenemos ahora los recursos que nos permiten proteger la infraestructura y ser mucho más eficaces», dijo el jefe de la policía de esta ciudad del sureste de Estados Unidos, Kerr Putney, en una conferencia de prensa.
Al menos 44 personas fueron detenidas en las manifestaciones en esta ciudad de Carolina del Norte, agregó Putney.
La secretaria de Justicia de Estados Unidos, Loretta Lynch, dijo hoy, 22 de septiembre, que se ha declarado emergencia nacional por la revuelta que ha creado inquietud en el estado.
Revuelta
El miércoles en la noche, una vigilia pacífica se transformó en una tensa marcha y luego en hechos de violencia, cuando un manifestante fue baleado y herido de gravedad en momentos en que la multitud intentó abalanzarse contra policías antimotines que protegían un hotel en Charlotte.
Un video obtenido y verificado por la agencia Associated Press, que fue filmado justo después de la balacera, muestra a alguien tendido en un charco de sangre mientras la gente grita y una voz pide ayuda.
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El gobernador de North Carolina, Pat McCrory, declaró estado de excepción el miércoles en la noche en la mayor cuidad del estado y convocó a la Guardia Nacional después de que el jefe de la policía de Charlotte dijo que necesitaban su ayuda.
Los disturbios tomaron a muchos por sorpresa en Charlotte, la capital financiera del Sur, con una población de 830.000 personas, de las que el 35% son afroestadounidenses. La ciudad logró superar una balacera con motivos raciales hace tres años sin la violencia registrada en los últimos tiempos en lugares como Baltimore, Milwaukee y Ferguson, en Missouri.
Empresas cerradas
El jueves, mientras las autoridades trataban de calmar los ánimos, por lo menos tres grandes compañías pidieron a sus empleados no ir a trabajar en medio de un clima de gran tensión y nerviosismo.
La alcaldesa Jennifer Roberts dijo al programa «Good Morning America» de la ABC que las autoridades consideran la posibilidad de imponer un toque de queda, y en entrevista con la emisora NPR indicó que el momento de publicar el video dependerá del progreso de la investigación.
El video podría ser clave para determinar cuál de las dos versiones es la correcta: la policía dice que Keith Lamont Scott, de 43 años, estaba armado y repetidamente desoyó órdenes de deponer el arma. Residentes de la ciudad dicen que no portaba arna alguna, que estaba leyendo un libro en su carro y que estaba discapacitado debido a una lesión cerebral.
Versión policial
Algunos policías involucrados en el suceso portaban cámaras adheridas a sus cuerpos, pero no se ha dicho qué captaron. El oficial que le disparó a Scott, Brently Vinson, estaba de civil y no portaba cámara. Ha sido colocado en licencia, lo cual es estándar en estos casos. Vinson es de raza negra.
Cuando se le preguntó si la policía debería ser más transparente, Roberts respondió: «La transparencia ayudaría si las imágenes son claras y si reflejan la totalidad de lo ocurrido esa noche. Debido a que no he visto el video, no estoy segura de ello. Puede ser que sea así. Había allí cámaras en los policías y cámaras en los vehículos, pero como ustedes bien saben a veces esas imágenes pueden ser confusas».
A partir del 1 de octubre, regirá en North Carolina una ley que permite difundir videos policiales sólo bajo orden de un juez, y el jefe policial Kerr Putney dijo que difundirá video alguno mientras la investigación esté en curso.
También estaba en camino asistencia federal: el Departamento de Justicia envió a Charlotte un equipo especializado en negociaciones en zonas de conflicto.