La madre es Lina Álvarez y dice que está «muy feliz», que se siente «físicamente mucho mejor que cuando no estaba embarazada», refiere una nota de La Voz de Galicia. La niña será su tercer vástago. «Me siento como una de 30, feliz. Mejor imposible», señala.
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Álvarez se sometió a una fertilización in vitro, pese al grito en el cielo que pegaron los médicos tras advertirle los riesgos de concebir un hijo a una edad avanzada: «Lo intenté, porque siempre hay que intentarlo, y salió todo perfecto». Pero para no tentar su propia suerte, dará a luz por cesárea.
Su primer hijo, contó, sufre de parálisis cerebral producto de una amniocentesis mal practicada; el segundo nació cuando ella tenía 52 años y, la tercera, es una «recompensa» por las vicisitudes que ha pasado como madre soltera. Porque cuando intentó denunciar la negligencia médica que afectó a su primogénito le embargaron el sueldo, se le fue el salario en abogados y nadie puso la cara para defenderla.
Sobre su edad para tener otro hijo habla sin complejos: «Pasó igual cuando tuve a mi hijo con 52. Me criticaron, pero soy una madre más; no tengo conflicto generacional con mis hijos, estoy abierta a la vida y estoy sana».
Al especialista en fertilidad lo encontró por internet. Se hizo pruebas, consultó a varios ginecólogos que le repitieron lo inconveniente de su decisión y se sometió a varios exámenes de salud para garantizar que su cuerpo respondiera para concebir otro hijo: «Al final, tuve la mejor suerte», dice citada por el portal ABC.
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