Varias son las teorías sobre la formación de la Luna, pero ninguna totalmente probada, y ahora un nuevo estudio apoya la hipótesis de que el satélite se formó con manto de la Tierra, que aún estaba en formación, cuando esta impactó con otro planeta de forma tan violenta que casi la pulverizó.
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Esa es la conclusión de un estudio que publica hoy la revista Nature, firmado por los geoquímicos Kun Wang Y Stein Jacobsen de la Universidad de Washington en Saint Louis, quienes estudiaron los isótopos de potasio en nuestro planeta y su satélite con nuevas técnicas de medición mucho más precisas.
Gracias a sus mediciones se han podido detectar diferencias isotópicas entre las rocas terrestres y las lunares, lo que proporciona las primeras evidencias que pueden diferenciar entre los dos modelos principales de teorías sobre el origen de la Luna.
En uno de esos modelos, un impacto de baja energía dejó a la Tierra en formación y a la Luna rodeadas de una atmósfera de silicatos.
La otra teoría defiende que un impacto mucho más violento vaporizó tanto al impactador (el objeto contra el que chocó) como a gran parte de la Tierra, formando un enorme disco de superfluidos a partir de los cuales acabaría cristalizando la Luna.
«Nuestros resultados proporcionan la primera prueba concluyente de que el impacto realmente vaporizó (en gran parte) la Tierra», señaló, en un comunicado, Wang.
A mediados de los años setenta, dos grupos de astrofísicos propusieron la teoría de que nuestro satélite se formó de la colisión entre un objeto del tamaño de Marte y una Tierra aún joven, lo que explicaba observaciones como el gran tamaño de la Luna en relación con nuestro planeta y los tipos de rotación de ambos cuerpos.
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Pero a comienzos de este siglo, un equipo de científicos analizó la composición de isótopos de una serie de elementos sacados de rocas lunares y terrestre, usando muestras aportadas por la misiones Apollo en los años setenta, para concluir que eran casi iguales.
Esos datos eran extraños, pues las simulaciones numéricas señalaban que la mayor parte del material (del 60 al 80 %) que formó la Luna debía proceder del objeto contra el que impactó la Tierra.
«Así decidieron cambiar la hipótesis del gran impacto», explicó Wang, para encontrar una teoría que explicara cómo la Luna estaba formada en su mayor parte de la Tierra y no del impactador».
Finalmente un modelo propuesto en 2015, que el nuevo estudio viene a apoyar, considera que el choque fue «extremadamente violento, tan violento» que el impactador y el manto de la Tierra se vaporizaron y se mezclaron formando una nube que se expandió hasta llenar un espacio 500 veces mayor que la actual Tierra. Cuando esa atmósfera se fue enfriando la Luna se condensó a partir de ella.
«La mezcla total de esa atmósfera explica la idéntica composición de isótopos de la Tierra y la Luna», aseguró el experto.