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El cerebro solo resiste 3 años de enamoramiento

El enamoramiento es la primera etapa del amor e incluye varios procesos que se dan en el cerebro y, por lo consiguiente, el cuerpo reacciona. Es toda una decarga de sustancias y hormonas que anatómicamente se pueden resistir entre 6 meses y hasta tres años.

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Así lo afirman estudios científicos y lo defienden expertos en psicología clínica. Uno de ellos es el colombiano Ramón Torres, uno de los especialistas latinoamericanos más seguidos en Facebook (6 millones de seguidores). En diálogo con diario Metro, Torres explica que desde la bioquímica, cuando “se ve al ser amado” se generan sustancias en el cerebro como la dopamina, neurotransmisor y hormona que se asocia con un sistema de recompensa y placer en el cerebro.“Cuando el cerebro del individuo secreta dopamina su ser se siente muy bien”, comenta el psicólogo.

Y no solo placer. Y es que al inundarse el cerebro de dopamina por orden del individuo se generan otras sustancias. “La norepinefrina y oxiticina son dos compuestos que se mezclan con la dopamina, actúan como mensajeros químicos del deseo sexual. Por eso los enamorados, por ejemplo,  permanecen horas haciendo el amor y noches conversando, sin cansancio, se necesitan uno al otro como una droga y  su capacidad para juzgar a la pareja se reduce a cero”, explica Torres.

Y es que mientras en el cerebro las áreas de recompensa de dopamina están activadas y el amor fluye y fluye por los poros de la piel… las regiones relacionadas con las emociones negativas y juicio crítico están completamente apagadas y ese mismo amor vuelve “ciego al loco enamorado”.

Y como todo tiene su final… el dulce y placentero proceso del enamoramiento también es finito. Aquí la explicación: “Después de unos 6 meses y hasta 3 años, la pareja empieza a consolidarse y cae la producción brutal de dopamina, y pasa a la ‘atracción intelectiva’.

¿Por qué? La zona de juzgamiento en el cerebro se activa y el individuo empieza a razonar. Entonces, ya no genera la misma cantidad de dopamina y, en algunas casos, esa sustancia no se produce”,  comparte la psicóloga Nury de Lerma. ¿Y ahora? Hay dos caminos, dicen los especialistas. El uno es decidir amar y quedarse con la pareja (matrimonio) o ir en busca de otra persona que vuelva a generarle dopamina al cerebro.

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