El presidente, Rafael Correa, presidió ayer, 8 de septiembre del 2016, el estreno mundial del documental ‘Galápagos: islas de la evolución’, producido por National Geographic (NatGeo) y que presenta una investigación submarina en las islas Wolf y Darwin, zona declarada como «santuario de la vida marina».
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Correa, en una ceremonia efectuada en Puerto Ayora, en la Isla Santa Cruz, la más central del archipiélago, destacó la importancia que tiene el documental para retratar a una de las zonas de biodiversidad más ricas del planeta.
El documental, en cuyo proceso intervino el español Miguel Bosé, se sustenta en una exploración submarina liderada por el biólogo Enric Sala, director ejecutivo de National Geographic.
En la ceremonia, Correa destacó al archipiélago de Galápagos como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y como un Parque Nacional protegido de su país con una superficie de unos 138.000 kilómetros cuadrados.
En el estreno del documental, Correa estuvo acompañado de ministros y otras autoridades del país, representantes de la comunidad científica y del presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, con quien hoy, sellará los límites marítimos comunes, pues ambas naciones, pese a la distancia geográfica de sus territorios continentales, comparten frontera oceánica entre las Galápagos y la costarricense Isla del Coco.
Correa llamó a los países que comparten la franja marina del Pacífico ecuatorial americano (Ecuador, Colombia, Panamá y Costa Rica) a defender y proteger esa zona oceánica para provecho de la humanidad y de las futuras generaciones.
Pidió a los líderes de estos países expandir «las áreas totalmente protegidas en nuestras aguas» y proteger «los corredores oceánicos que los conectan».
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Solo así «vamos a demostrar al mundo que, con acciones concretas, sí es posible proteger la biodiversidad que es de todos quienes habitamos este planeta y quienes habitarán este planeta, el único que tenemos», remarcó el mandatario.
El archipiélago ecuatoriano, dijo, «hoy tiene un modelo de gestión ordenado para armonizar la vida del ser humano con la naturaleza», lo que le ha convertido en un ejemplo de conservación.
Recordó que a la larga lista de elogios ambientales y científicos que ostentan las Galápagos, ahora se suma el santuario de vida marina constituida en las islas Wolf y Darwin.
Ambas formaciones «ofrecen condiciones de descanso a las especies, lo que facilita su reproducción», por lo que el hecho de convertir a esa zona en un santuario, «elevó el grado de protección marina como legado para próximas generaciones», agregó.
El proyecto de investigación científica y el documental sobre el santuario en Wolf y Darwin quedarán «como un legado, no solo para Ecuador sino para el mundo entero», apostilló Correa.
De su lado, Enric Sala, durante la ceremonia, agradeció a Ecuador y a Correa «por este regalo a la humanidad que es el santuario marino de Darwin y Wolf».
Recordó que actualmente menos del 3 % de los mares del planeta está protegido, pese a que los compromisos mundiales buscan hacerlo en al menos el 10 %.
Por ello, dijo Sala, lo que ha hecho Ecuador al declarar un santuario de vida marina en Wolf y Darwin es «un paso en la dirección correcta», porque busca «cuidar la salud de ese mar que tanto nos da».