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Que las selfies llegaron para quedarse no es ninguna novedad. A esta altura, la posibilidad de retratarse y compartir la imagen en las redes sociales depende de un click y una sonrisa. Este fenómeno llevó a que el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente en Holanda (RIVM por sus siglas en neerlandés), preocupados por el incremento en el contagio de piojos entre los alumnos de las escuelas secundarias, encontrara en las autofotos la razón por la que los jóvenes estarían padeciendo esta transmisión.
«Creo que la razón es el comportamiento de los estudiantes de secundaria. Hay muchos abrazos a la hora de las selfies. Cuando esto sucede, el pelo de los jóvenes entra en contacto con el de los demás y permite el traspaso de los insectos», dijo la especialista en estos parásitos Desiree Beaujan a la web de la televisión holandesa RTL.
Estos pequeños insectos se alimentan de la sangre de la gente desde tiempos prehistóricos. Se encontraron piojos y liendres en momias provenientes de sitios arqueológicos de Perú, Brasil, Chile, Israel y Egipto. El piojo más antiguo fue encontrado en el pelo de una momia de Brasil de 10 mil años de antigüedad», sintetizó Ariel Toloza, investigador adjunto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y doctor en Ciencias Biológicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Cómo evitar el contagio
El estudio, realizado entre 2.000 voluntarios, también confirmó que tres cuartas partes de las infecciones por piojos se producen en el pelo de las chicas, habitualmente más largos que los de los niños. Además, el RIVM detectó que uno de cada diez adultos tiene piojos en su cabeza.