El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, recogió hoy en Schwanau, en el suroeste de Alemania, dos de las tuneladoras que a partir del año que viene se emplearán para excavar y construir los túneles del metro de la capital ecuatoriana.
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«Ha sido realmente emocionante recibir formalmente las dos tuneladoras, prenderlas y conocerlas», aseguró en declaraciones a Efe Rodas, que calificó de auténticas «fábricas rodantes» estas complejas máquinas de 100.000 componentes, 92 metros de largo y 9,4 metros de diámetro, que cuestan 30 millones de dólares cada una.
La entrega supone un «hito fundamental en la construcción del metro de Quito», una obra que avanza de acuerdo con el cronograma previsto y que proyectará a la ciudad «hacia el futuro», agregó el alcalde.
Las dos tuneladoras entregados han sido bautizadas por los ciudadanos como «La Guaragua» y «Luz de América» y han sido expresamente fabricados para perforar los túneles del metro de Quito.
Estas máquinas cuentan con «las tecnologías más avanzadas» y una «calidad de primer nivel» y suponen «lo mejor a nivel mundial» en su sector, resaltó Rodas.
La tercera tuneladora, por su parte, la llamada «Carolina», es una máquina «prácticamente nueva» que se encuentra en la actualidad en España, donde está siendo «repotenciada» y «actualizada» para su futura función en Quito.
Está previsto que las dos primeras máquinas sean ahora desmontadas y transportadas en barco, vía Rotterdam (Holanda) y Guayaquil, hasta la capital ecuatoriana, adonde llegarán en noviembre con el objetivo de que comiencen a operar a principios del año que viene.
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La tercera tuneladora, por su parte, podría partir hacia Ecuador en apenas un mes y sumarse a sus dos hermanas en 2017, con el objetivo de acelerar las obras de la mayor infraestructura construida hasta la fecha en Quito.
La primera línea de metro de la ciudad tendrá 22 kilómetros de largo y un total de quince estaciones, y aspira a aliviar el tráfico en el centro de la ciudad y a disminuir el tiempo que los habitantes de Quito precisan para atravesar el núcleo urbano.
Este «desafío», como lo denominó Rodas, traerá «grandes beneficios» a la ciudad a nivel medioambiental, de conectividad y de conservación del patrimonio.
Además, apuntó que el empleo de estas máquinas por parte de un personal local especialmente formado para ello generará un «derrame tecnológico» positivo para la ciudad.
El alcalde consideró «normal» que este tipo de grandes proyectos genere algunas «inquietudes» entre la población, pero subrayó que, gracias al desarrollo tecnológico, es «totalmente factible» llevar a cabo las obras del metro sin dañar en absoluto el patrimonio cultural.
El regidor de Quito explicó asimismo que en la sede de la empresa Herrenknecht se recibió a la delegación ecuatoriana con «mucha cordialidad» y «mucha gentileza», y que la visita ha sido «realmente fascinante» y «muy interesante» por la posibilidad de acercarse a la «complejidad técnica» de la tuneladoras. EFE
