La oferta de clases exclusivamente para mujeres en una escuela de conducción de la ciudad francesa de Villefranche sur Saône, cerca de Lyon, ha suscitado controversia en Francia, en un contexto marcado por la polémica en torno al «burkini» y a los símbolos musulmanes.
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La iniciativa, muy comentada en las redes sociales, llevó hoy al alcalde, Bernard Perrut, a tomar partido y reclamar, en declaraciones a «BFM TV», que el Gobierno francés intervenga para que la «escuela funcione siguiendo las reglas de la República. Es decir, que acoja hombres y mujeres al igual que las otras».
«Afirmamos nuestra adhesión a los valores de la República y la igualdad entre hombres y mujeres y nuestra oposición a todo tipo de comunitarismo», añadió el Ayuntamiento en un comunicado.
Todo empezó con un anuncio publicitario en un grupo de Facebook que se denomina «Musulmanes de Villefranche sur Saône», donde se podía leer: «Como habíamos prometido, clases teóricas reservadas solo para mujeres».
Igualmente se precisaba que las clases prácticas para las mujeres las impartiría una profesora y para los hombres un profesor.
La dueña del establecimiento, Sarah Bakar, quien se define como empresaria musulmana, aseguró que su oferta no guarda relación con la religión y que la planteó en respuesta a una demanda: «Tengo una mucha clientela de mujeres que quieren estar solas, ya que los chicos son habladores y hacen mucho ruido».
Algunos errores al volante: