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En medio del conflicto que desde hace tiempo se vive entre Palestina e Israel, existen buenas acciones. Por ejemplo, la historia de Anwar Burqan, una niña originaria de Palestina quien ahora podrá volver a andar en bicicleta por la acción de un hombre israelí, quien le regaló una después de que soldados israelíes destruyeran el vehículo de la menor.
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Los hechos ocurrieron en julio pasado. La menor se encontraba jugando en la frontera de la ciudad cisjordana de Hebrón cuando dos militares armados la detuvieron, le quitaron la bicicleta y la arrojaron a unos arbustos cercanos. Todo quedó registrado en el siguiente video.
Esta noticia llegó a oídos de Sami Jolles, un vendedor de diamantes que divide su tiempo entre Estados Unidos e Israel. Y la historia le traía cierta familiaridad, pues, hace casi 100 años su padre tuvo un episodio similar, cuando un grupo antisemita en Europa lo atacó y arrojó su bicicleta a un río.
Entonces, ¿Cómo cerrar el ciclo de una acción de hace más de 100 años? Para este hombre en Israel se le presentó la oportunidad de realizar una buena acción.
Fue en ese momento cuando decidió contactar al activista israelí Phil Saunders con un solo objetivo: darle a esa niña una bicicleta nueva y así cerrar el ciclo del mal momento que había pasado a su padre.
El israelí Phil Saunders contactó al activista palestino Ziad Sabateen, quien fue el encargado de hacer la entrega de la nueva bicicleta en el territorio en disputa. Por unos momentos hubo paz.
En entrevista con el periódico «The Times of Israel», Jolles dijo que se sintió impulsado a ayudar a la menor por la similitud de lo que le había pasado a su padre. «Si hubieran dañado otro objeto, como un horno, yo no le hubiera comprado uno», comentó.
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«Creo que mi padre estaría orgulloso de mí», dijo el israelí. Mientras tanto, la menor compartirá esta bicicleta con sus nueve hermanos, al igual que como lo hacía con la anterior, señaló el activista palestino.
El Departamento de Investigaciones Internas de la Policia en Israel, una dependencia del Ministerio de Justicia, calificó de «inapropiada y poco profesional» la conducta de los militares, sin embargo, no ameritó una sanción penal. Ellos dijeron que confiscaron la bicicleta para impedir que la niña cruzara al barrio judío de Hebrón, en el que los palestinos tienen prohibida la entrada. Justificaron su acción diciendo que no pueden hablar árabe y que temían no darse a entender.