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Cada quien tiene sus métodos para bajar de peso. Si Jennifer Aniston usa la dieta de la comida de bebé para perder kilos, eso no significa que funcione para el resto de la humanidad. Y si alguien se convierte en maestro fitness en un año, no significa que eso pueda funcionar para otros.
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Pero Pasquale Brocco tuvo un método inusual para conseguir sus metas: ir al supermercado y devolverse. Teniendo en cuenta que solo pesaba 605 libras (274 kilogramos) y que ha perdido la mitad de ese peso, quizás hubo algo en su rutina que funcionó. Porque cada vez que tenía hambre, caminaba hacia su Walmart local y se iba otra vez a su casa antes de caer en la tentación de comer. De hecho, lo hacía tres veces al día. De esa manera recorría 6 millas (casi 10 kilómetros) al día.
De inmediato, comenzó a cambiar su dieta. Puso vegetales y carnes a su plato. Quinoa. Dejó los lácteos. Y de las caminatas hacia Walmart, se inscribió en un gimnasio. Comenzó a levantar pesas y a usar equipo del gimnasio. Antes ni cabía en las máquinas.
Ahora se ve así:
Su fuerza de voluntad fue suficiente para impactar. Ahora se siente más sano y feliz, reporta el portal ABC.
¿Las dietas de las famosas sirven para algo?
Se asume que lo que le funciona a Madonna con su dieta macrobiótica le funciona a cualquier persona. O que la dieta cetogénica (cuya variante es la cuestionada dieta Atkins), en la que se consumen proteínas y grasas y que le sirvió a Kim Kardashian, también hará que ustedes se vean igual.
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Entonces tomar agua con limón por las mañanas, no comer por la noche, engañar al estómago con sopas y usar vinagre para aderezar son fórmulas mágicas que de mano de Heidi Klum o Miranda Kerr tienen absoluta garantía. ¿Por qué nunca lo intentamos antes?
«Lo peor no es solo ver que esas dietas sean tan difundidas irresponsablemente por los medios, es ver cómo mucha gente se mete en la cabeza que pueden funcionar», afirma Maricarmen Océs, nutrióloga de Splenda. “Ninguna de esas dietas tiene un sustento nutriológico-científico. Las recomendaciones nutricionales son individuales, pero lo que se ve aquí es el gran deseo que tienen la mayoría de mujeres de alcanzar la belleza estereotípica. Toda dieta cambia la forma de comer de una persona y por ende cambia su salud. Hay mucho peligro en estas creencias”, afirma.
Y los efectos son indeseados: las estrellas invierten miles de dólares en cada parte de su cuerpo para tener una apariencia que algunos de ustedes jamás podrán costearse. Y una dieta tan extrema definitivamente causa el efecto contrario.
«Si se repiten estas dietas», afirma la nutrióloga Stephanie Chalmers, de la Universidad del Pacífico, en Chile, «se van a imponer cambios drásticos en la tensión de la piel, lo que acompañado de una limitada cuota de elementos nutritivos para la reparación, y de proteínas para mantener una masa muscular conveniente, puede determinar la generación de un envejecimiento prematuro, y una indeseada apariencia delgada, pero poco saludable. Asimismo, puedes perder el cabello, tener alteraciones visuales, pérdida de la masa ósea y muscular, se altera la producción hormonal y se altera la fertilidad. Estos son otros de los riesgos asociados a las dietas extremas», añade
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