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¿Por qué hay gente muriendo de hepatitis en el mundo?

Sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más letales del planeta

Hay campañas de prevención, vacunas efectivas contra el virus y tratamientos avanzados, pero en todo el mundo la gente sigue muriendo por hepatitis, mucho más que hace 20 años, lo que demuestra que algo está fallando a pesar de los avances.

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Las infecciones por el virus y sus complicaciones causaron 1.45 millones de muertes en 2013, 63% más que en 1990 cuando se registraron 890,000. La cifras se dieron a conocer este mes y parten de un estudio que llevaron a cabo especialistas de la Universidad de Washington y el Imperial College de Londres quienes revisaron datos de 183 países, reunidos entre 1990 y 2013.

La hepatitis viral comprende cinco formas diferentes del virus: A, B, C, D y E. La mayoría de las muertes se deben a los tipos B y C, que pueden causar daño hepático grave y predisponer al cáncer de hígado.

“Hay una excelente vacuna contra la hepatitis B y ha reducido claramente la incidencia de nuevas infecciones. No existe una vacuna contra la hepatitis C, pero hay un nuevo tratamiento que puede curar la infección en la mayoría de los casos. A pesar de estas mejoras, las muertes han seguido aumentando”, dijo uno de los autores de la investigación, Jeffrey Stanaway, al ser consultado por Univision Noticias.

Stanaway, quien es profesor en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Washington y del Instituto para la Métrica y Evaluación Sanitaria, afirmó que en Estados Unidos el patrón es similar: ha aumentado el número absoluto de muertes debido a la hepatitis viral.

La mayor parte de las muertes por hepatitis viral se deben a cáncer de hígado y cirrosis, resultado del tipo B o C. Pero estos “suelen aparecer décadas después del momento de la infección, por lo que la mayoría de las muertes de hoy son consecuencia de infecciones que se produjeron antes del uso generalizado de la vacuna”, explicó Stanaway.

El crecimiento y envejecimiento de la población también influyen en el aumento de las muertes. Pero, por ejemplo, los fallecimientos por tuberculosis y malaria disminuyeron durante el mismo período de tiempo que estudió el equipo Stanaway, lo que nos lleva a otros factores.

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En Estados Unidos se registraron 19,659 muertes asociadas a la hepatitis C en 2014, convirtiéndose en la enfermedad infecciosa más letal del país. Los CDC atribuyen este número a la falta de información y de chequeos rutinarios.

La población hispana es parte de la tendencia: los registros de los CDC indican que el número de muertes por el virus del tipo C ha aumentado aproximadamente 7% cada año, entre 2010 y 2014.

En general, la población estadounidense sabe que la hepatitis C es una enfermedad grave, pero pocos tienen claro que hay varios tipos de virus y que solo el A y el B se pueden prevenir con una vacuna. Y la prevalencia es mayor entre los hispanos que, si bien el 91% tiene conocimiento de la enfermedad, en comparación con los blancos no están completamente conscientes de lo que esta implica.

El doctor Graham Cooke del Imperial College de Londres sostiene que el precio de los nuevos medicamentos está más allá del alcance de cualquier país, “sea rico o pobre”. Según la investigación que desarrolló junto a Stanaway, las muertes por hepatitis virales fueron mayores en los países de ingresos medios y altos que en los países de bajos ingresos.

Los investigadores proponen mantener y ampliar los programas de vacunación contra la hepatitis B para asegurar la vacunación universal en todo el mundo, y comenzar campañas de tratamiento a gran escala contra la hepatitis C.

“Ambas enfermedades son potencialmente erradicables en un par de generaciones. Y desde el punto de vista de la tecnología de la salud, tenemos las herramientas necesarias. El reto aquí es una financiación adecuada a la atención al problema”, concluyó Stanaway.

En línea con el estudio de Stanaway y Cooke, este año la estrategia presentada por la Organización Mundial de la Salud para enfrentar la enfermedad tiene como objetivo reducir los nuevos casos de hepatitis B y C en 30% para el año 2020, y 10% de la mortalidad. Para lograrlo instan a los países a ampliar los programas de vacunación, enfatizar en la prevención y aumentar el acceso al tratamiento.

Con información de Univisión.com

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