La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé una contracción de la economía regional del 0,8 % para este año, dos décimas más que su anterior pronóstico, una bajada del 0,6 %, informó hoy el organismo de Naciones Unidas.
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La proyección también supera en 0,3 puntos porcentuales al retroceso del 0,5 % experimentado por la región en 2015 y muestra un comportamiento muy heterogéneo entre países y subregiones, según un nuevo informe presentado por la Cepal en Santiago de Chile.
El organismo recalcó la urgencia de movilizar la inversión, tanto pública como privada, para promover la recuperación económica de la región y satisfacer los desafíos que impone la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
«La capacidad de los países para acelerar el crecimiento económico depende de los espacios para adoptar políticas que apoyen la inversión», se subrayó en el texto.
La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, recalcó durante la presentación del informe que esas políticas «deben acompañarse con esfuerzos para cambiar la conversación entre el sector público y las empresas privadas» y advirtió que aumentar la productividad «es también un desafío clave para avanzar en una senda de crecimiento dinámico y estable».
Según la Cepal, «la economía mundial mantendrá bajos niveles de crecimiento, acompañados por una lenta expansión del comercio, que no ha logrado recuperar los niveles registrados antes de la crisis financiera global».
A ello se suma el deterioro en los precios de exportación de los productos básicos de la región y la mayor incertidumbre y volatilidad financiera internacional, que han aumentado tras la decisión del Reino Unido de salir de la Unión Europea, que también ha generado mayores riesgos al crecimiento futuro del mundo.
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En ese contexto, la Cepal prevé este año una contracción del 2,1 % para América del Sur, afectada principalmente por un deterioro en sus términos de intercambio, una menor demanda externa y una importante desaceleración de la demanda interna.
Centroamérica, en tanto, crecerá un 3,8 % gracias a una mejora en sus términos de intercambio, explicada por un menor precio de los hidrocarburos, la recuperación de su demanda externa e interna y un aumento de los ingresos por remesas.
El Caribe, en tanto, sufrirá una contracción del 0,3 % en su producto interior bruto (PIB).
A nivel de países, seis cerrarán el año en recesión: Venezuela (-8,0 %), Surinam (-4,0 %), Brasil (-3,5 %), Trinidad y Tobago (-2,5 %), Ecuador (-2,5 %) y Argentina (-1,5 %).
Al otro lado de la balanza, los que más crecerán son República Dominicana (6,0 %), Panamá (5,9 %), Nicaragua y Bolivia (4,5 %), y Costa Rica (4,3 %).
También crecerán Perú (3,9 %), Costa Rica (3,5 %), Guatemala (3,5 %), Honduras (3,4 %), Paraguay (2,8 %), Colombia (2,7 %), México (2,3 %), El Salvador (2,3 %), Chile (1,6 %), Haití (1,5 %), Cuba (1,0 %) y Uruguay (0,5 %).
El informe prevé que la desaceleración económica tenga un impacto en el desempleo urbano, que en 2015 anotó un 7,4 % y se espera llegue al 8,1 % en 2016, mientras la inflación mantendría un comportamiento similar al del año pasado (6,6 %), observándose mayores presiones en las economías del sur.