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Migrantes indocumentados serían expulsados de EE.UU.

El presidente de EE.UU., Barack Obama, aseguró hoy, 23 de junio, que el fallo del Tribunal Supremo sobre sus medidas migratorias «rompe el corazón» de muchas familias, dado que deja en el limbo a casi 5 millones de inmigrantes indocumentados.

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«Esta decisión rompe el corazón de los millones de inmigrantes que han construido sus vidas aquí, que han formado familias aquí, que confían en tener la oportunidad de trabajar, pagar impuestos, servir en nuestro Ejército y contribuir a este país», afirmó Obama en una declaración desde la sala de prensa de la Casa Blanca.

El empate del Supremo sobre las medidas ejecutivas que Obama emitió en 2014 para frenar la deportación de casi 5 millones de inmigrantes indocumentados es también «frustrante para quienes quieren ver crecer la economía» y «permitir que la gente salga de las sombras», dijo el mandatario.

«Estoy decepcionado por la falta de decisión hoy en el Tribunal Supremo, pero esto no cambia sustancialmente el statu quo, ni niega que, si queremos resolver eficazmente este problema, tenemos que hacer que el Congreso apruebe una ley», indicó el mandatario.

Obama dijo que cree «firmemente que no hay que temer a la inmigración».

«No tenemos que construir muros para separarnos de aquellos que no se parecen a nosotros o no rezan como nosotros, o tienen otro apellido, porque ser estadounidense se trata de un ideal compartido: el de que todos nosotros fuimos creados iguales», añadió.

«Y el hecho de que el Supremo no pudiera decidir hoy no solo hace retroceder aún más el sistema (migratorio), sino que nos aleja del país al que aspiramos ser», lamentó.

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El presidente subrayó que la decisión del Supremo no afecta al alivio a la deportación que él concedió en 2012 a los jóvenes conocidos como «soñadores» (jóvenes indocumentados que cumplían ciertos requisitos), algo que ha «cambiado la vida de más de 730.000» personas.

Lo que sí queda congelado son las medidas que emitió en 2014 para ampliar ese alivio a los «soñadores» y proteger también de la deportación a padres cuyos hijos tuvieran la residencia permanente o la ciudadanía estadounidense, unas acciones que nunca llegaron a implementarse.

La decisión del Supremo deja en vigor el bloqueo a esas medidas dictado por una corte anterior, la Corte Federal de Apelaciones del Quinto Circuito, con sede en Nueva Orleans, aunque no establece ningún precedente legal que pueda afectar a todo el país.

Obama opinó que el tema migratorio no podrá resolverse hasta que pasen las elecciones presidenciales de noviembre y el Congreso se decida a confirmar un nuevo juez para el Supremo, que pueda romper el empate al que llegaron hoy los ocho magistrados restantes en la corte tras la muerte este año de Antonin Scalia.

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