Años 60, escuelas de cadetes de la marina australiana y ritos de iniciación. En aquella década y en las siguientes, los ritos de bienvenida al ejército australiano para jóvenes cadetes de 15 años podían ser tres: ser violados por el personal o altos cargos, obligarles a violarse los unos a los otros o ser agredidos.
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Hasta la fecha, ya son 111 los exreclutas que han denunciado los hechos a la Comisión Real en Respuesta Institucional al Abuso Sexual a Niños, que se ha centrado en investigar los abusos que tuvieron lugar en el centro de entrenamiento naval HMAS Leeuwin en Australia Occidental y en la escuela de aprendices de Balcombe en Victoria.
Una víctima, el exrecluta Graeme Frazer, confirma esta realidad al recordar el día en el que le arrastraron y fue violado por otros tres cadetes. Ante este hecho traumático para Frazer, se le dijo que era un «rito de paso a la Marina real».
Además, Frazer también sufrió ataques violentos, como el del día en el que se quedó inconsciente después de que le obligaran a correr por un pasillo mientras era golpeado con sacos llenos de hierros y botas, entre otros objetos. Y a pesar de que ha llovido mucho desde aquel entonces, aún le pesa el recuerdo de aquellos días: «todavía siento mucha culpa y vergüenza por el abuso. He sufrido depresión».
Durante aquel tiempo, no había nada que pudiesen hacer ante el abuso de la autoridad. Otra víctima, no identificada, comenta que «el ambiente hizo inútil resistirse. El abuso solo se podía soportar cuando te dabas cuenta de que decir ‘no’, no tenía sentido». Por esta razón, a su parecer, lo mejor era dejar pasar el tiempo y esperar a que todo terminara.
Aunque muchos de los supervivientes aseguran haber denunciado los hechos en numerosas ocasiones, en aquel momento fueron ignorados, castigados o se les dijo que era «un rito de paso» en su período de iniciación.
Esta comisión se inició en 2012 y, desde entonces, ha escuchado relatos de abuso en todo el país: en centros de instrucción, escuelas, centros de acogida infantil, organizaciones religiosas y deportativas y en otras de benéficas, como el Ejército de Salvación.
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En estos momentos, las investigaciones están centradas en el ejército australiano y, posteriormente, investigarán el actual programa de cadetes, que tiene aproximadamente 25.000 miembros activos.
Nos encontramos ante otra historia de abuso de poder que ha durado demasiado, más de cuarenta años imponiendo unos ritos de iniciación que ni los propios autores se creían.
Fuente: The Telegraph