Un hombre que afirmaba haber sido secuestrado y equipado con un cinturón de explosivos provocó el cierre de una parte del centro de Bruselas durante la hora punta el martes 21 de junio por la mañana, pero un equipo de artificieros encontró solo sal y galletas en el interior dispositivo, según la oficina del fiscal de Bruselas.
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El varón, identificado sólo como J. B., fue detenido para ser interrogado. La fiscalía explicó que tenía antecedentes y un historial de problemas psiquiátricos.
Las autoridades investigan si el incidente registrado en los alrededores del centro comercial City 2 estaba relacionado con el terrorismo o era una falsa alarma, explicó el fiscal de Bruselas, Rym Kechiche.
Un segundo hombre, sospechoso de llevar en coche a J. B. hasta el lugar de los hechos, también está siendo interrogado.
J. B. telefoneó a la policía a las 05:30 de la madrugada diciendo que había sido secuestrado y le habían colocado un artefacto explosivo que podía ser detonada a distancia por otra persona, dijo Kechiche.
El sospechoso informó recientemente a la policía que había sido reclutado para unirse al grupo extremista Estado Islámico en Siria, pero la fiscalía no fue capaz de ratificar o desechar su afirmación, agregó el fiscal.
Las autoridades hallaron un auto que respondía a la detallada descripción ofrecida por el hombre estacionado en una calle en la zona de Schaerbeek de la capital belga.
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A raíz de la alerta de seguridad, el primer ministro del país, Charles Michel, cambió su agenda matinal y se convocó una reunión del centro de crisis.
Peter Mertens, vocero del centro de crisis, dijo que no se ha modificado el nivel de alerta en el país.
«Este nivel, y las medidas que lo acompañan, es ya alto», explicó Mertens. «La situación de esta mañana no tiene repercusión en las medidas existentes».
Policías con la cara cubierta y soldados equipados con cascos fueron vistos patrullando alrededor de al menos una de las entradas al centro comercial City 2. En la zona había también autos policiales y un equipo de artificieros. Algunas entradas a una estación de metro cercana estaban también bloqueadas y el tráfico subterráneo se vio alterado.
Bélgica está en estado de alerta, que supone que un ataque es posible e inminente, desde los atentados extremistas del pasado noviembre en París. Algunos de los autores de esa masacre eran ciudadanos belgas o habían vivido en la ciudad. El pasado 22 de marzo, ataques contra el aeropuerto y el metro de la capital belga causaron 32 fallecidos.
El país ha estado especialmente alerta durante la última semana tras una serie de detenciones y redadas policiales vinculadas a supuestos ataques terroristas.
Durante el fin de semana, las autoridades acusaron a tres hombres de delitos relacionados con terrorismo tras dos días de registros y la detención de 40 personas en el marco de una importante investigación que, según apuntaron, requirió una «intervención inmediata», por temor a un ataque inminente.
Fuente: AP