Los peruanos fueron a las urnas hoy 05 de junio para elegir al presidente que los gobernará hasta 2021 tras una dura batalla electoral las últimas dos semanas entre Keiko Fujimori, la hija de un polémico expresidente de raíces japonesas encarcelado por asesinato y corrupción, y Pedro Pablo Kuczynski, un exbanquero de Wall Street que pasó gran parte de su vida fuera del país.
PUBLICIDAD
Antes del mediodía los dos candidatos ejercieron su voto en diferentes colegios ubicados en barrios ricos capitalinos.
Kuczynski emitió su voto vía electrónica, método que la autoridad electoral aplica para 743.000 electores, mientras Fujimori no realizó declaraciones pero saludó a un centenar de simpatizantes que incluso se tomaron fotos con ella.
Tras votar, el presidente saliente Ollanta Humala destacó que el próximo gobierno será la cuarta gestión democrática de forma consecutiva en la historia de Perú que no es interrumpida por un golpe militar desde la independencia de España lograda en 1821.
Un simulacro de votación realizado el sábado por GfK mostró que Kuczynski alcanzaría el 51% de los votos, mientras que Fujimori obtendría el 49%. Aunque la encuesta tiene un margen de error de más menos 1,6 puntos porcentuales, el resultado sigue siendo un empate estadístico pero muestra la recuperación de Kuczynski, quien hace una semana perdía frente a su rival por casi 4 puntos. Fujimori lo superó con casi 20 puntos en la primera ronda.
Kuczynski, de 77 años, apoyó a Fujimori, de 41, en la segunda ronda de los comicios de 2011 contra el entonces candidato izquierdista, el ahora presidente saliente Ollanta Humala, pero en los últimos días el economista abandonó su habitual parsimonia y atacó a Fujimori ligándola con la corrupción.
«El narcoestado nos va a matar a todos (…) necesitamos un gobierno limpio desde arribita hasta abajito», dijo durante el cierre de su campaña en una zona de clase media en Lima. Añadió que combatirá «el narcotráfico y las conexiones dudosas de esa gente con la política».
PUBLICIDAD
La referencia no era sólo a los lazos del padre de su rival con la corrupción y los escuadrones de la muerte, por los que está sentenciado a 25 años de cárcel, sino un intento de llamar la atención sobre los escándalos del partido de Fujimori, entre ellos un informe periodístico que señala al importante donante de su campaña y secretario general, Joaquín Ramírez, como investigado por la DEA.
El compañero de fórmula de Fujimori, José Chlimper, también está en el ojo de la tormenta tras entregar a una televisora local un audio adulterado para beneficiar a Ramírez, que pidió una licencia. Perú es el mayor productor mundial de cocaína.
«Si Fujimori gana, la gran pregunta es si ella será capaz de controlar su partido», dijo Eduardo Dargent, politólogo de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
PPK, como se conoce a Kuczynski en Perú, también se benefició del aval en el último minuto de la excandidata izquierdista Verónika Mendoza, que participó esta semana en una manifestación de más de 30.000 personas contra Keiko Fujimori, la más numerosa desde el turbulento final del gobierno de su padre hace 16 años.
Fujimori, que fue primera dama en el gobierno de Alberto Fujimori, trató de contener el avance de su rival firmando incluso un compromiso para no usar su posible poder político y liberar a su padre. «La candidata soy yo, no Alberto Fujimori», señala con frecuencia.
Al mismo tiempo, se comprometió a retomar el estilo de gobierno de mano dura de su progenitor para detener el crimen, la mayor preocupación de los votantes. Entre sus propuestas está construir cárceles a más de 4.000 metros de altitud para los criminales más peligrosos.
Fujimori también trató de etiquetar a Kuczysnki – hijo de un médico polaco de origen judío y quien pasó décadas trabajando fuera de Perú – como parte de la élite blanca a la que tradicionalmente no le ha interesado los pobres.
Independientemente de quién gane, Keiko Fujimori ya reconfiguró el panorama político del país. En abril, su partido Fuerza Popular ganó 73 de los 130 escaños del congreso unicameral, convirtiéndose en la fuerza legislativa más poderosa de los últimos 16 años.
Si gana, su poder será mayor que el de cada uno de los presidentes que han gobernado Perú desde 2000, cuando su padre se fugó del país y renunció desde Japón luego de escándalos de corrupción que acabaron con su mandato iniciado en 1990.
Si pierde, tendrá una enorme capacidad de negociación con su disciplinada bancada y dirigirá un poderoso grupo capaz de lograr la renuncia de ministros, de impulsar o bloquear leyes e incluso de impedir viajes del presidente.
Los centros electorales cierran a las 2100 GMT, tras ocho horas de funcionamiento, donde se esperan a más de 22 millones de votantes, de los cuales 885.000 votan en el extranjero y constituyen el 3,8% del electorado.
Fuente: AP