El hecho ocurrió en la bahía Shark, en la costa oeste de Australia. Turistas hacían un recorrido por la bahía cuando un grupo de tiburones tigre comenzó a nadar en torno al cadáver de una ballena jorobada, de unos 6 toneladas.
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Al parecer, la ballena murió por causas naturales o que había quedado barada en las aguas poco profundas de la bahía.
El dron, que volaba en ese momento, capturó una mancha de sangre que se expandía en el agua azul, mientras los tiburones nadaban alrededor.
La bahía Shark tiene una de las mayores poblaciones de tiburones tigre del mundo. Esta especie puede crecer hasta los seis metros y medio de largo y 520 kilos de peso.