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En Loja, el café más que una bebida es una tradición. Un total de 2.851 caficultores, aproximadamente, se dedican a esta producción en los cantones de Chaguarpamba, Olmedo, Paltas, Calvas, Espíndola, Sozoranga, Gonzanamá, Quilanga, Loja, Catamayo, Macará, Puyango, Saraguro, Celica y Pindal.
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Ecuador, en 1900, fue un gran exportado de café. Proyección económica que se truncó en 1900 cuando se dió la crisis de esta semilla. Vietnam sobrepasó la producción colombiana y centroamericana, obligando a disminuir los precios.
Según el investigador y experto cafetero José Nicolás Vélez: «Ecuador dejó de ser cafetero y quedó, más que nada, la gente que tenía el cultivo por vocación, por devoción o por cultura, pero ya no era gente orientada al negocio del café”.
Ese evento mundial provocó que las poblaciones mantengan el cultivo de café como una tradición.
Para Santiago Loaiza, ingeniero agropecuario y emprendedor lojano del café, indica que Loja (provincia ubicada al sur de Ecuador) posee una particular cualidad y es la calidad de su tierra. Pisos climáticos que posibilitan su sembrio y cosecha. «Estamos empezando a conocer del café, saber como se lo produce y como se lo tuesta. La gente en sus parroquias está interesada en incrementar sus ingresos produciendo un café de alta calidad», sentencia el experto en café dueño de Conservas Don Félix.
«En Loja se está recuperando la confianza en la producción de café. Más de cuarenta productores se han asociado para crear espacios de conversación», indica Loaiza.
A este criterio se suma el de Vicente Torres, coordinador de la zona 7 del Ministerio de Industrias y Productividad que asegura que la cultura del café está inmersa en la sociedad lojana.
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«Loja es cafetalera. Hoy la provincia tiene el objetivo de mejorar la calidad. La producción se ha fortalecido pues se han conformado asociaciones y se está sembrando y cosechando café de aroma (gourmet) que se exporta al mundo».
«La provincia produce más de seis variedades de café y cada comunidad se ha encargado en cosecharlo y más que una tradición es hoy un negocio rentable», confirmó Torres.
«El café lojano es sinónimo de una bebida filtrada (o de ‘chucho’), esta preparación se ha compartido de generación en generación. Hoy se está investigando y se trata de mejorar la preparación», precisó el funcionario público.
«La tela con la que se realizaba el filtrado modificaba el sabor del café. Acá todos la usan. Estamos tratando de modificarlo, sin perder la esencia, y colaborar con tips para mejorar la experiencia. Por ejemplo colocarlo en una funda y congelarlo», comentó Torres.
En relación a la importancia del grano en Ecuador, Pablo Pinargote, gerente general de la Asociación Nacional de Exportadores de Café, señala que Loja durante los últimos nueve años ha estado en los tres primeros puestos del concurso lo que ha permitido que un quintal de esta semilla se haya vendido a nivel internacional en 1500 dólares.
«Anecafe lo que busca es cambiar la mentalidad del lojano que cree que el producto siempre debe venderse económico, al límite inferior del costo. Mejorando la calidad nos convertimos en expertos de café con aroma y venderlo de acuerdo a normas internacionales», indicó Pinargote.
«El evento Taza Dorada mide en 80 puntos el café de acuerdo a la tabla SCAA (Specialty Coffee Association of America). Los productores de la zona sur del país ahora estudian normas de producción y calidad», asegura el gerente general de Anecafé.
«El agricultor lojano no puede competir con grandes empresas mundiales y es por eso que trabaja desde su terreno en producir un café de calidad y con niveles internacionales», concluyó Pinargote.
