En Pedernales, epicentro del terremoto de 7,8 grados en la provincia de Manabí (oeste), algunos habitantes intentaban rescatar de entre los escombros de edificaciones los pocos bienes que quedaron intactos y llevárselos en camionetas en medio de la lluvia, constató la AFP.
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El último balance divulgado este sábado por el presidente Rafael Correa indicó que la catástrofe deja 654 muertos, 130 desaparecidos, 12.492 heridos y más de 26.000 albergados en las provincias de Esmeraldas y Manabí, la más afectada por el sismo que es considerado como el peor desde 1979.
Ante el gran número de personas que han perdido sus viviendas, Correa planteó pagar a «familias acogientes» para albergar a los damnificados, aunque no especificó el monto de la asignación.
«Nuestra estrategia preferencial va a ser lo que se llaman familias acogientes. Es decir pagar con esos recursos que tenemos desde el exterior, con los recursos que estamos obteniendo con las medidas tomadas, a familias acogientes para que reciban a las familias damnificadas», señaló Correa en su informe semanal de labores.