La Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó que los cadáveres producto de desastres naturales no causan epidemias.
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Ecuador fue afectado por un terremoto de 7.8 grados el pasado sábado, 16 de abril del 2016, y seis días de la tragedia se han concluido en varios sectores de las ciudades afectadas las dos primeras etapas posteriores a un terremoto: rescate de víctimas y recuperación de cuerpos.
La maquinaria pesada comienza a recoger los escombros, y en redes sociales circulan rumores sobre posibles epidemias provocadas por los cuerpos sin vida.
La OMS ha compilado una guía, después de las experiencias vividas en varios desastres como el tsunami en Asia del 2004 o los terremotos en Haití, para ser ejecutado en esta clase de desatres.
El manual está basado en las investigaciones de Oliver Morgan, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, quien aseguró, tras análisis de campo, que los cadáveres en desastres naturales no son un riesgo de salud pública.
«No hay evidencia de que después de un desastre los cadáveres sean un riesgo de epidemias. Históricamente, las epidemias que causan un número alto de víctimas sólo han ocurrido a causa de algunas enfermedades como plaga, cólera, tifoidea, tuberculosis y viruela. Sin embargo, es poco probable que estas infecciones estén presentes en las víctimas de desastres», concluyó el investigador.
“Además, aunque algunos de estos patógenos son altamente infecciosos, no sobreviven durante mucho tiempo en el cuerpo humano después de que ocurre la muerte”.
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Según una publicación de la BBC Mundo, lo que se debe tener en cuenta según el doctor Egbert Sondorp, profesor de salud pública y ayuda humanitaria de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, es tener ciertas precauciones básicas con el manejo de cadáveres.
«En el momento de su muerte es probable que la gente haya estado sana, pero como no podemos estar seguros de esto hay que tener precauciones de higiene básica. Fuera de esto, el cadáver no es un riesgo», concluyó el experto.