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Una niñera de Uzbekistán acusada de matar y decapitar a una niña de cuatro años en Moscú no actuó sola, dijo la fiscalía rusa el miércoles.
La mujer de 38 años fue vista frente a una estación de metro de Moscú el lunes por la mañana con la cabeza de la pequeña en la mano.
Antes de que un tribunal moscovita aprobara su arresto durante dos meses el miércoles, la fiscalía dijo al tribunal que cree que los individuos que la «incitaron» a cometer el asesinato siguen prófugos. Se anticipa que la sospechosa será acusada de asesinato esta semana.
Según los investigadores, la mujer, que se encargaba de cuidar a la menor, parecía mentalmente inestable.
Se ignora el motivo del asesinato. Bobokulova era la niñera de la pequeña y los padres son una pareja de clase media, al parecer sin conexiones con el gobierno ni influencias.
La religión de la uzbeca se desconoce, aunque se cubría la cabeza y algunos testigos dijeron que gritó «¡Alá es grande!» mientras sostenía la cabeza ensangrentada. En videos cargados en cibersitios noticiosos rusos, se le oyó decir en ruso «¡Soy una terrorista!».
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Cuando un reportero apostado frente al tribunal le preguntó el miércoles por qué mató a la niña, Bobokulova respondió «Alá lo ordenó».
Ninguno de los principales canales de televisión reportó la escena macabra. El vocero del presidente Vladimir Putin negó que la noticia hubiese sido censurada a pedido del Kremlin o por temor a que pudiese agravar tensiones en un país con muchos ciudadanos y trabajadores migrantes musulmanes.