Un emprendimiento privado para criar cobia (Rachycentro canadum) en jaulas en mar abierto con una concesión fue entregada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuacultura de Ecuador ha puesto en alerta a la industria pesquera en al menos tres países del Pacífico.
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Según la publicación de un diario guayaquileño, en su portal web, en abril del año pasado la empresa Oceanfarm, con su laboratorio en Jaramijó, Manabí, inició el proceso de producir cobia en cautiverio.
Sin embargo, cuatro meses después se registró una fuga de ejemplares cobia. Ahora, ese descuido, es motivo de una alerta científica en Colombia y Panamá.
La cobia es un pez muy apetecido pero también un depredador voraz. La cobia puede medir hasta dos metros de largo y 80 kilos de peso. Además, se alimenta de crustáceos, calamares y de otros peces como las corvinas.
La alerta la dio el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en noviembre del 2015 al registrar avistamientos de cobias en las costas de Panamá.
Desde allá, por su tamaño actual, se cree que las cobias se escaparon de Ecuador en agosto pasado.
Las cobias nadaron desde el centro de Ecuador hasta Panamá, pasando por Colombia. «Son 1.000 kilómetros en dos meses y medio», recalcó el investigador del Smithsonian Ross Robertson en entrevista con BBC Mundo.
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Por eso Robertson ha advertido a colegas de Perú, México y hasta California para que estén atentos a su posible aparición.
Esta es una especie que habitaba en todos los océanos del mundo, excepto en el Pacífico Central y Oriental.