En tensión están los propietarios de galleras de la ciudad de Quito debido a que la no renovación de los permisos obligó a que en el 2015 se cerraran, al menos, 10 palenques.
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Este tipo de negocio, donde se enfrentan los gallos de un mismo género o raza, supervive en lugares clandestinos. Eustorgio Barrionuevo es propietario de una gallera en Chillogallo. En el 2013 quiso pagar los impuestos, pero no lo logró.
Actualmente, una comisión especial de seis concejales analiza el pedido de la organización Diabluma para eliminar los espectáculos circenses con animales, las peleas de gallos y las corridas de toros, incluidos los de pueblo. En el documento incluso se proponen infracciones y sanciones.
Según cifras de esa organización, tres animales mueren cada 50 peleas. Marco Ponce, concejal y miembro de la comisión especial, señala que son cambios de fondo. Él pedirá, antes del segundo debate, una consulta al procurador síndico del Municipio para saber si la propuesta no vulnera derechos constitucionales o legales.