El pontífice puso en aprietos al equipo de seguridad cuando decidió romper el protocolo y acercarse a un grupo de jóvenes. En su breve recorrido por el estadio José María Morelos y Pavón, en Morelia, México, el Papa fue jalado en dos ocasiones, lo que preocupó al equipo de seguridad.
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La segunda vez que fue jaloneado el Papa abrazaba a un joven en silla de ruedas cuando una persona lo tomó de la cabeza y lo jaló, lo que hizo que perdiera el equilibrio pero logró detenerse de la persona discapacitada.
Al levantarse, visiblemente molesto llamó la atención al responsable. “No seas egoísta. No seas egoísta”, le dijo el pontífice.
Tras el incidente siguió dando bendiciones a niños en silla de ruedas, se dejó tomar fotografías y subió a al pequeño carro descubierto que lo trasladó al helipuerto, a un costado del estadio.
METRO