El ciudadano holandés Romano Van Der Dussen, que hace unos días salió de una cárcel española, donde pasó más de doce años por una violación que no cometió, busca ahora rehacer su vida, aunque reconoce que no lo tendrá fácil.
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«Ha sido un infierno que no deseo ni a mi peor enemigo», dijo hoy este hombre que está apunto de cumplir 43 años y que habló para la prensa entre lágrimas en una iglesia de Palma de Mallorca (Baleares, Mediterránea) donde está viviendo desde que salió del presidio, porque no tiene adónde ir.
El pasado día 10 de febrero el Tribunal Supremo español ordenó la excarcelación de Van der Dussen después de que un informe policial apuntara a que el verdadero autor de una violación de la que era acusado fuera un ciudadano británico acusado en su país por la violación y homicidio de una joven.
El tribunal español admitió a trámite el pasado noviembre el recurso del holandés por una de las tres violaciones por las que se le condenó, pero mantuvo las penas por las otras dos por las que estaba condenado, de modo que le quitó seis años y seis meses sobre una condena total de quince años y pudo dejar la prisión.
El ciudadano holandés fue considerado autor de tres agresiones sexuales cometidas en Málaga (sur de España) en agosto de 2003 y su identificación como autor por parte de las víctimas fue la única prueba.
«En la calle nadie quiere a un violador, es normal, yo tampoco lo quiero», afirmó hoy Van Der Dussen, quien habla con su padre diez veces al día, aunque con su hija de diecisiete años no lo ha hecho aún «porque no está bien emocionalmente y no quiere echarse a llorar».
Antes de ser detenido el hombre trabajaba en un gran hotel de Amsterdam y hoy pidió ayuda públicamente para ponerse a trabajar y alquilar una vivienda.
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«Necesito recuperarme física y mentalmente; me han jodido muy bien la vida», aseguró el exconvicto, quien criticó a la Justicia y la «mala praxis» de la Policía, que le acusó sin contar con pruebas.
Van Der Drussen recordó de manera especial a su madre, que murió de cáncer y que de joven sufrió una violación de la que resultó embarazada.
«No puedo irme de España siendo un violador y estando en el registro de agresores sexuales de la Unión Europea», por lo que buscará empleo en Mallorca, en el sector turístico, y «luchará» con sus abogados para que historial judicial quede «limpio», tras años de haber escuchado amenazas en la cárcel.
En estos días, cuando sale de la parroquia a tomar un café nadie quiere cobrarle y le desean suerte tras la experiencia sufrida, según Van Der Dussen, que quiere ir al psicólogo para sacar afuera todo el «dolor y la rabia» que lleva dentro.
FUENTE: EFE