Metro conversó con la Dra. Patricia Durán, médico internista y subjefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Metropolitano. La idea es informar al lector cuán importante es realizar chequeos médicos anuales.
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La doctora Durán menciona que los chequeos médicos se hacen en las personas sanas que no presentan síntomas y solo quieren saber cómo se encuentra su estado de salud en general.
Hay casos de personas que presenten alguna comorbilidad como hipertensión, diabetes, problemas de cáncer pero se realizan los chequeos para conocer, sin molestias, cómo está su salud.
Primero se hace una entrevista con el médico internista y es ahí donde se indica qué exámenes hay que hacer para verificar un buen estado de salud.
“Un chequeo no tiene relevancia en cuanto a fechas, pero se debe comprender que los chequeos, sin la necesidad de presentar alguna molestia, deben hacerse una vez al año. Muchas personas eligen el último mes del año o el primero del año que inicia para hacerse los chequeos y es perfecto, pero no esperemos a sentirnos mal para realizar esos exámenes”, comenta Durán.
“Cuando la persona va con una dolencia al médico, eso ya no es un chequeo; las condiciones no son las adecuadas porque el experto se centrará en la dolencia o en la queja del paciente directamente”, agrega.
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Diferencias en chequeos médicos
La doctora Durán informa que el chequeo médico y su proceder depende de la edad del paciente y del momento de sus comorbilidades. En los adolescentes el chequeo médico se centra en mirar cómo está su estado nutricional, su estado funcional y el sistema digestivo. La parte hormonal también es fundamental. En todos estos exámenes se valora si es que hay anemia mediante una biometría, si es que hay parásitos con un examen de deposición, si es que existen trastornos de la tiroides con exámenes de sangre.
En los adultos jóvenes que están entre los 18 hasta los 40 años aproximadamente, hay trastornos más relacionados con la nutrición, el peso. Es decir hay que ver cómo se encuentra la glucosa, o si presenta anemia o no, cómo está el colesterol, cómo están los triglicéridos, si presenta un hígado graso o una hepatitis. Incluso se observa si hay problemas relacionados al consumo de grasas o licores.
Si hablamos de los adultos mayores, los dividimos en iniciales y aquellos que van llegando a la senilidad. Son las personas entre los 65 y 80 años. En estas personas hay que profundizar en los exámenes. Aquí se ven los posibles riesgos de cáncer como el de mama, útero, ovario o cervix en las mujeres. Para hombres y mujeres podría haber riesgo de cáncer de estómago, cáncer de colon, cáncer de tiroides. En los hombres puede haber en niveles considerables cáncer de próstata y de pulmón.
En ellos a parte del chequeo general, se incluye endoscopía y colonoscopía. En los pacientes seniles la mayoría presenta, a pesar de no estar enfermo, molestias en los músculos, y en columna, rodillas, cadera. En este caso los exámenes tienen el objetivo de descartar problemas de osteoporosis severas o enfermedades malignas en esas partes.
Según la doctora Durán, la mayoría de los pacientes se hacen exámenes en diciembre y así iniciar bien el año venidero. También llega a consulta la gente que ha decidido tener un estilo de vida más saludable.