Fútbol Más, organización que trabaja hace 6 años en el país, utiliza el deporte y el juego como una herramienta de transformación social. “Empezamos a darnos cuenta que la popularidad del fútbol podría funcionar como un imán social para trabajar en problemáticas de la infancia, como el cumplimiento de sus derechos, pobreza, identidad, migración, salud física y sexual, género, entre otros”, indicó Juan Araya, Director Internacional de Fútbol Más.
PUBLICIDAD
El proyecto empezó en Chile hace 12 años y empezó a extenderse a países como Haití, Perú, Kenia, México, Francia. Ahora son más de 10 mil niños y niñas bajo este programa, en un total de ocho países.
Su presencia en Ecuador inició en 2012 con cuatro intervenciones en Guayaquil, en un contexto complejo con el tema del inicio temprano en el consumo de droga H (a partir de los 8 años de edad). “Lo que hacemos es generar espacios protegidos, de confianza y afecto, donde a través del deporte se empiecen a generar procesos comunitarios”, indicó Araya.
En 2016, después del terremoto en Manabí, también intervinieron varias ciudades de esa provincia en un formato de emergencia para hacer una “reconstrucción emocional” y acompañar a estos niños.
Ahora, buscan expandir su trabajo social en Quito, por lo que buscan generar alianzas con organizaciones sociales y empresas para estar alineadas en protección de la infancia y en el desarrollo comunitario.
“Llegamos al barrio, a la cancha, y entramos con un profesional del deporte y del área social para llegar con talleres, cuatro veces a la semana, donde el fútbol funciona como una excusa para trabajar en valores, expresión de emociones, derechos, resolución de conflictos, respeto, responsabilidad, entre otros elementos, que constan en una malla curricular junto a otros elementos de orden físico, técnico y táctico.
