El transporte de mercancías implica varios riesgos, incluyendo desde robos en carretera, hasta pérdidas en la ruta al momento de importar un bien. Por esta razón es de vital importancia proteger la carga, y para ello existen los seguros de transporte.
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¿Cómo funcionan y qué cubren estas pólizas, qué tipo de negocios deberían contratarlos y cuáles son sus beneficios? Oriente Seguros preparó una guía al respecto, con el fin de asesorar tanto a los vendedores como a los compradores de la mercancía.
Los seguros de transporte son clave para proteger las mercancías que necesitan movilización. Ayudan a prevenir pérdidas, al garantizar que la mercancía llegue a su destino en las condiciones del contrato, ya sea por las vías terrestre, marítima o aérea. Además, brinda confiabilidad, seguridad y garantía al momento de contratar un proveedor de servicio de transporte”, explicó Daniela Molina, Directora de Suscripción Ramos Generales y Técnicos de Oriente Seguros.
¿Qué se debe tener en cuenta al momento de contratar un seguro de transporte?:
1. Verificar en qué consiste y qué cubre la póliza:
En esencia un seguro de transporte de mercancías sirve para amparar el patrimonio ante los riesgos propios del tipo de movilización. Esto aplica todo el trayecto, es decir, desde el momento que se carga la mercadería hasta que llega a su destino final. Ya que se trata de una actividad multimodal, es decir que puede combinar varios tipos de transporte, la póliza es coordinada y articulada para cubrir los diversos riesgos durante todo el trayecto del punto A al punto B. Por ejemplo, del trasbordo de un avión, al paso de contenedores; o en la descarga aduanera para ser trasladada por vía terrestre.
En el caso de aduanas, la operación del sistema aduanero del país exige contar con un seguro a la mercancía. Por otro lado, existen los incoterms (Términos de comercio internacional) que considera las responsabilidades de las dos partes en las transacciones internacionales. En el caso de los riesgos a las mercancías, se señala que el vendedor cubre los costos y asume los riesgos de transportar las mercancías; que se consideran entregadas cuando llegan a su dirección de descarga.
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2. Identificar los riesgos:
Al hablar de riesgos es importante entender todos los existentes. Por ejemplo, en el caso del transporte aéreo, que en teoría parecería el más seguro, la mercancía puede sufrir daños o pérdidas (por robo o casos extraordinarios como un accidente). En el transporte marítimo, los riesgos son más latentes ya que podría existir filtración de agua o humedad. Mientras que por vía terrestre se debe considerar: robo, pérdida, roturas y accidentes de tránsito.
3. Establecer quién contrata la póliza:
La contratación del seguro es efectuada por el propietario de la mercancía. Dada la naturaleza comercial de compra y venta, la póliza puede ser suscrita al comprador o el vendedor; conforme el acuerdo comercial que mantengan. En el caso de exportaciones, los procesos exigen garantías aduaneras, que es facilitada a través de la contratación de un seguro; para agilizar y simplificar procesos, como garantizar el pago de tributos exigidos, como los aranceles.
4. Entender cómo se aplica el precio de la póliza:
Antes de determinar la prima a pagar, la aseguradora debe realizar un análisis detallado en función de varios aspectos: el tipo de mercadería (características y volumen) y el medio de transporte elegido. La fórmula que determina el valor a pagar es por el nivel de riesgo: a mayor riesgo mayor costo a pagar. Por ejemplo, una carga de celulares representa mayor riesgo de robo por el tipo de producto, que puede incrementar si va por vía terrestre, versus vía aérea.
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