Los que vieron Terminator y pensaron que los robots nos iban a asesinar, provocando un desastre mundial, están medianamente equivocados y a su vez, en un 50% en la razón, de acuerdo a un estudio de Brookings Institution.
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En ese sentido, se prevé según el documento que para el 2050 un tercio de los hombres entre los 25 y 54 años pierdan sus empleos, los cuales serán efectuados por robots.
Incluso, el organismo con sede en Estados Unidos cree que el desempleo en dicho país podría llegar a niveles críticos, especialmente en algunos grupos demográficos. Por ejemplo, en la población afroamericana la tasa de desocupación alcanzaría el 50%.
Cabe mencionar que este no es el primer estudio que publican sobre este tema. Según consigna el Daily Mail, el año pasado ya habían revelado un informe en donde señalan que en 13 años un total de 800 millones de personas podrían perder su empleo tras ser reemplazados por máquinas.
Al respecto, los expertos mencionan que los primeros en perder su puesto laboral serán quienes para desempeñar su labor no requieran estudios avanzados.
«Las escuelas deben cambiar su plan de estudios para que los estudiantes tengan las habilidades necesarias en la economía del siglo XXI», sostuvo a Market Watch Darrell West, vicepresidente del think tank que efectuó la investigación y quien además es autor del libro «El futuro del trabajo: robots, inteligencia artificial y automatización».
En dicha publicación, el autor cita a un ex CEO de una empresa, el cual enumera las razones por las cuales es mejor tener máquinas. «Siempre son educados, siempre se venden mejor, nunca se toman vacaciones, nunca llegan tarde, nunca hay un caso de discriminación por edad, sexo o raza», afirmó.
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De igual manera, relata el caso de un banco suizo que despidió a siete de sus funcionarios, siendo reemplazados por cinco robots, los cuales mejoraron la efectividad de la firma.
Ante esto, West da luces sobre un sombrío futuro para la humanidad, considerando que ya un 12% de las personas en edad avanzada se encuentra sin empleo, número que podría triplicarse en los próximos 30 años. «Eso, amigos míos, es una catástrofe», remarcó.
