El 29 de diciembre fue encontrado un joven moribundo en las calles de Gualeguaychú, en Argentina. El hombre era Fernando Pastorizzo, quien tenía dos disparos de bala en su cuerpo, uno en el pecho y otro en la espalda.
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Solo horas pasaron para que su pareja, una joven de 19 años llamada Nahir Galarza, confesara ser la autora del macabro crimen.
Este martes se rechazó la petición por parte de la defensa de la joven para poder cumplir la prisión preventiva desde su casa, con una tobillera electrónica.
Muy por el contrario, fue trasladada a su celda en la Comisaría del Menor y la Familia de Gualeguaychú, donde permanecerá hasta por lo menos los primeros días de marzo.
Es de esperar que alguien que entra por primera vez a la cárcel le cueste adaptarse. Desde el 2 de enero, la ex estudiante de Derecho, se encuentra en prisión preventiva en Gualeguaychú, pero al parecer, aún no se da cuenta.
Lleva 10 dias detenida en su celda de 2×4 metros, en donde hace ejercicio y lee libros sobre el karma, misticismo y predestinación.
A nahir le está costando adaptarse a su «nuevo hogar»
Primero, pidió a la cárcel dejar que su mamá le llevara comida, para no estar obligada a seguir la dieta que imponen en el recinto penitenciario. A raíz de esto, cada día recibe su almuerzo de casa.
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El juez de Garantías que está a cargo del caso, declaró para el diario local El día, que “se le permitió que la familia le lleve la comida. Yo no tuve inconvenientes, sólo aclaré que llevarle comida no sea una excusa para una visita. La comida se entrega delante de la comisaría, la recibe la policía y después se la llevan a la celda”, explicó Guillermo Biré.
Seguido de eso, la joven exigió tener un ventilador en su celda, para apalear los más de 30 grados que hacen en la región y también se le concedió.
Luego, y en honor a su comodidad, los familiares de la joven le llevaron un colchón para que pudiera dormir más cómoda, pero no les fue permitido siquiera entrarlo al recinto.
“Tiene un colchón de una pulgada y media, absolutamente finito. Y una manta. Es como un monobloque de cemento, casi sin aireación. No se cierra una puerta, sino que son barrotes que dan al patio”, relató el manager de la familia, Jorge Zonzoni, quien fue contratado posterior a la confesión de la joven.
En distintos medios circuló la información de que Galarza exigió tener un entrenador personal dentro de la cárcel, pero esto fue desmentido por el juez a cargo del caso. Junto con eso, aseguró que el régimen de visita es miércoles y sábado, dura solamente dos horas y se ha respetado.
Respecto a su residencia definitiva
Por el momento Nahir se encuentra alojada en la Comisaría del Menor y la Mujer, pero esto no será para siempre. Existen dos posibles cárceles en donde podría cumplir su condena.
La primera es la Unidad Penal Número 6 de Paraná, la única cárcel de mujeres de Entre ríos. El único problema, según la información que adelantó el juez, es que queda a 350 kilómetros de distancia de donde vivía con su familia.
La otra posibilidad que se baraja es la Granja Penal “El Potrero”, que recién en julio del año pasado habilitó un pabellón para mujeres, pues este recinto carcelario solamente albergaba a reos hombres.
«A mi hija la tratarían mal en una cárcel común por ser hija de un policía» declaró el padre de Nahir Galarza, preocupado por el futuro de su retoña.
Se estima que la investigación termine los primeros días de marzo, en donde se espera que la condenen a cadena perpetua
Sin embargo, el «vocero» de la familia confía en que la defensa logre comprobar que ellos no eran una pareja estable, si no que mantenían una relación esporádica, lo que reduciría la pena a entre ocho y 25 años.