Existen muchas personas en este mundo que no son felices, pero, para la gente inteligente la felicidad es un estado difícil de alcanzar.
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Primero, analizan todo, al pensar demasiado pueden drenar energías y todo se vuelve peor cuando llegan a conclusiones frustrantes.
Tienen altos estándares para todo, ellos nunca están satisfechos con sus logros, relaciones y con la mayoría que los rodea, creen que todo es una versión mediocre de lo que podría ser su realidad.
Son muy duros consigo mismos, recuerdan todo lo que no salió como ellos querían, recuerdan sus errores, se autocastigan y cargan con culpabilidad a donde sea que vayan.
Creen que nadie los comprende, se sienten solos y mal entendidos, como si nadie o pocos pudieran apreciar sus mentes.
Las personas inteligentes tienen mayor tendencia a tener problemas psicológicos, trastornos psiquiátricos, como la ansiedad social y bipolaridad.
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