Sólo uno de cada cuatro abortos se lleva a cabo en condiciones seguras en Latinoamérica, reveló hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS), que afirma que la utilización en la región de un medicamento para interrumpir el embarazo es cada vez más común.
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Las mujeres que desean abortar recurren ahora de manera frecuente al misoprostol, un fármaco prescrito para varios tratamientos médicos y que provoca un aborto similar al espontáneo.
Un creciente número de mujeres latinoamericanas obtienen y se autoadministran esa substancia, cuya utilización en estas condiciones equivale a un aborto inseguro.
Un estudio sobre el aborto en el mundo encargado por la OMS y el Instituto Guttmacher (Estados Unidos) aplica por primera vez una nueva clasificación de los abortos inseguros, separando los que son «menos seguros» y los «más inseguros».
En Latinoamérica, la mayoría de abortos entran en la categoría de «menos seguros», lo que implica que se registran «menos muertes y menos complicaciones graves», frente a los que provocan los abortos «más inseguros», que se practican sobre todo en África.
Sin embargo, la OMS especifica que el tipo de aborto «en el que hay automedicación y al que la mujer debe acudir de forma secreta no cumple los estándares de seguridad» de esta organización, que dicta las regulaciones sanitarias a nivel global.
El estudio estima que anualmente se registran 55,7 millones de abortos en el mundo, de los cuales 6,2 millones suceden en Latinoamérica. No se ofrecen estadísticas por países.
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De los que se llevan a cabo en América Latina, 4,9 millones de interrupciones voluntarias del embarazo se realizan de manera insegura y, de éstos, 3,8 entran en la categoría de «menos seguros» y 1,1 millones en la de «más inseguros».
Como abortos «menos seguros» la OMS se refiere a aquellos que son llevados a cabo por personal formado, pero que utiliza métodos inseguros o caducados, como el legrado uterino, o por personas sin conocimientos pero que cuentan con medios más seguros, en particular el misoprostol.
«Este método es extremadamente seguro y es uno de los que la OMS recomienda, pero desafortunadamente en muchas partes del mundo las mujeres deben usarlo sin tener acceso a información apropiada y a medicación de calidad», dijo en una rueda de prensa la autora principal del estudio y experta de la OMS, Bela Ganatra.
Por otra parte se encuentran los abortos más inseguros y peligrosos, que realizan personas sin formación utilizando además métodos peligrosos, como la introducción de objetos extraños o el uso de preparaciones con hierbas, lo que puede llevar en muchos casos a complicaciones graves o a la muerte de la mujer.
Los datos publicados corresponden a una media entre los años 2010 y 2014, y son los primeros que ofrecen una idea de las condiciones en las que se realizan los abortos en distintas partes del mundo.
La conclusión es que cerca de la mitad de abortos se llevan a cabo en condiciones inseguras, «un resultado que sorprende si se piensa que un aborto es una intervención simple científicamente hablando», dijo Ganatra.
Agregó que «la tecnología para efectuar un aborto seguro está disponible, es una intervención de la atención primaria de salud y algo que se puede hacer como parte de un cobertura sanitaria universal, pero a pesar de ello los abortos inseguros persisten».
El aborto es un reflejo más de las desigualdades en el desarrollo socioeconómico de los países, con un 97 % de los que son inseguros que ocurren en países de África, Asia y Latinoamérica.
Además, el estudio de la OMS permite confirmar que restringir el acceso al aborto no tiene ningún efecto en reducir el número de estas intervenciones médicas y sólo aumenta las que se realizan en condiciones inseguras.
«En países donde el aborto está completamente prohibido o sólo se permite para salvar la vida de la madre o preservar su salud física, sólo uno de cada cuatro abortos se hacen de forma segura», asegura el informe.
Fuente: EFE
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