Los tatuajes son aún considerados en Japón como un símbolo de pertenencia a la yakuza, pese a que cada vez más son los nipones y
extranjeros que se tatúan por motivos meramente estéticos y atraídos por este arte milenario del país asiático.
Muchos turistas que visitan Japón se sorprenden al ver carteles de «prohibido tatuajes» en gimnasios, piscinas, balnearios o playas, donde se impide el acceso de personas tatuadas o se les exige cubrir estos adornos corporales con prendas o vendajes. EFE