Un estudio presentado en la Conferencia Anual Internacional sobre Alzhéimer describe cómo dañan de forma permanente nuestra salud mental crecer en una familia desestructurada, con padres ausentes o fallecidos; perder el trabajo, perder a un hijo, divorciarse o romper la relación con familiares.
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Las situaciones de crisis y precariedad de carácter económico y social que atravesará el individuo a lo largo de su vida se traducirán en un envejecimiento prematuro del cerebro equivalente a cuatro años con respecto al de una persona que haya tenido una vida más sencilla, de acuerdo con la publicación de elespañol.es.
Los efectos se traducirán en una pérdida acentuada de sus capacidades intelectuales y su memoria, así como un incremento del riesgo de sufrir demencia senil y enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
¿Cómo se realizó el estudio?
El estudio se realizó sobre 1.320 sujetos de unos 58 años, con un nivel de educación similar y una predisposición genética a desarrollar alzhéimer equivalente, de los cuales 82 eran afrodescendientes y el resto «blancos no-hispánicos».
A los participantes se les realizó una encuesta sobre 27 episodios con componente de estrés traumático que habían vivido a lo largo de su vida, y que incluían desde las circunstancias económicas y familiares mencionadas al comienzo del artículo a hechos como el haber ido a la guerra.
Los pacientes afrodescendientes habían sufrido un 60% más de episodios de estrés traumático a lo largo de su existencia, reveló la encuesta. Sometidos a tests cognitivos, demostraron tener un peor rendimiento intelectual y de memoria.
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