A muchas personas le gusta trabajar con música, incluso, hay empresas que han incorporado este tipo de incentivo para que sus empleados trabajen mejor. Pero, hay un tipo de música que es la mejor para oír en el trabajo.
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Un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell, Nueva York, hizo un experimento para ver qué tipo de música afectaba el comportamiento en diferentes grupos de personas.
Para ello analizaron a 188 estudiantes universitarios que formaron parte de un experimento llamado «mecanismo de colaboración voluntaria», una herramienta muy fiable con la que los investigadores miden y manipulan el comportamiento cooperativo de los sujetos que estudian, reseña Infobae.
Los estudiantes, que no se conocían entre ellos, se dividieron en grupos de tres e interactuaron mediante una computadora. La prueba se realizó unas veinte veces.
En cada ronda, cada estudiante recibió una cantidad de dinero en efectivo que podía aportar al grupo o guardarse. El dinero que se aportaba al grupo se iba a multiplicar 1,5 veces antes de ser distribuido entre los participantes, lo que creaba un incentivo para ubicarlo en el fondo común.
Al principio, cada estudiante contaba con USD 10 y podía escoger entre aportarlos a la cuenta del grupo, lo que supondría un retorno de USD 15 para la siguiente ronda, o guardarlo para sí, caso en el que tendría solamente USD 10 para la siguiente vuelta.
Los participantes no sabían cuántas rondas tendría el experimento. Así que cuando los estudiantes aportaban ese dinero al grupo no sabían si iban a volver a ver ese dinero.
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A cada grupo se asignó aleatoriamente distintos tipos de música. Un tercio de los grupos escucharon una lista de reproducción de música llamada «Feliz», que contenía las siguientes canciones: «Yellow Submarine», «Walking on Sunshine», «Brown-Eyed Girl» y «Happy Days».
Otro tercio escuchó una lista llamada «Desdichada», con dos canciones: «Smokahontas», de Attack Attack! y «You Ain’t No Family», de Iwrestledabearonce. El último grupo no escuchó nada.
El mejor resultado
Después de las veinte rondas, los investigadores se dieron cuenta de que uno de los grupos había aportado más. «Encontramos niveles de comportamiento cooperativo significativamente más altos en aquellos participantes que escucharon la lista ‘Feliz’, en comparación con los otros dos grupos», explicaron.
Las diferencias eran bastante amplias. En la quinta vuelta, por ejemplo, los que escuchaban la música alegre contribuían en más de un 60% a los fondos del conjunto. La gente que escuchaba música heavy metal aportaba en un 40% al grupo.
Al final del experimento, aquellos que habían escuchado canciones de la lista «Feliz» habían dado el 50% de sus bienes al grupo. Los que no habían escuchado música solo habían aportado el 20 por ciento. Estas cifras muestran que «la música alegre provoca que los empleados tomen decisiones por el bien del equipo», según una nota de prensa publicada sobre el estudio.
Cabe destacar que la tarea que realizaron estos estudiantes era bastante abstracta. Decidieron apoyar con dinero a personas anónimas y extrañas, algo muy diferente a lo que pasa en un equipo de trabajo que está detrás de una caja registradora en Starbuck’s. Pero lo más beneficioso de este experimento es que da «medidas controladas y validadas de los comportamientos cooperativos», según los investigadores.
Esto solo es un primer paso para entender cómo la música puede afectar el comportamiento de los trabajadores, aunque el experimento deje muchos interrogantes.
¿Qué pasa, por ejemplo, cuando la música empieza a repetirse una y otra vez (como suele pasar en los pequeños comercios)? La primera vez que escuches «Happy Days» puede animarte a bailar. Pero si la escuchas 10 veces, o incluso cinco, puedes llegar a golpear a alguien.
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