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Aprender música contribuyó a la evolución cognitiva humana

El aprendizaje de música ayudó a los humanos de la Edad de Piedra a evolucionar cognitivamente.

Las conexiones neuronales con las que los humanos aprenden hoy en día, por ejemplo, a tocar el piano, jugaron un papel clave en la evolución de la inteligencia al comienzo de la Edad de Piedra, según revela un estudio publicado por la revista Nature.

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Los expertos coinciden en que hace unos 1,75 millones de años se produjo un salto innovador en la tecnología para fabricar herramientas, cuando aquellos humanos pasaron de los simples instrumentos olduvayenses a los más complejos del periodo achelense, como cuchillas y hachas bifaces de piedra.

Estos avances se han atribuido, hasta la fecha, a los cambios evolutivos ocurridos en la inteligencia y en las habilidades lingüísticas.

Esta es una teoría que ahora tratan de ampliar investigadores de la Escuela de Psicología de la Universidad de East Anglia (R.Unido), del Instituto de la Edad de Piedra de la Universidad de Indiana (EE.UU.) y del Departamento de Antropología de la Universidad de Iowa (EE.UU.).

No obstante, recuerdan, el estudio de la relación entre la evolución del cerebro y la capacidad cognitiva supone un reto en sí mismo, ya que es imposible observar la actividad cerebral en humanos extinguidos.

Para superar esta traba, los investigadores recurrieron a un enfoque innovador, en el que combinan métodos modernos aplicados en el campo de la neurociencia con el manejo de artefactos y herramientas rescatadas por la arqueología.

En este sentido, examinaron con escáneres de «neuroimagen» la actividad cerebral de 31 individuos que aprendieron a fabricar instrumentos olduvayenses y achelenses, con el objetivo de entender los cambios cognitivos que pudieron coevolucionar con los avances en la tecnología de elaboración de herramientas.

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Quince de esos sujetos aprendieron en sesiones individuales a trabajar la piedra a través de instrucciones verbales ofrecidas en un vídeo en el que un experto detallaba el proceso de talla de ciertas herramientas, al tiempo que observaban qué conexiones neuronales estaban implicadas en este proceso.

Los otros 16 participantes aprendieron esas técnicas con instrucciones no verbales y visionado los mismos vídeos, si bien habían apagado el sonido.

Los investigadores descubrieron que la coordinación de la atención visual y la redes de control de la motricidad era suficiente para que los sujetos fueran capaces de extraer lascas para fabricar herramientas olduvayenses sencillas.

Por contra, la elaboración de artefactos achelenses requería la integración de memoria visual, auditiva y de información sensoriomotora, así como la planificación de acciones complejas, lo que activaba las mismas áreas del cerebro que se detectan cuando se toca, por ejemplo, el piano.

«El estudio demuestra la existencia de redes cerebrales clave que podrían ser la base del cambio hacia una inteligencia más humana ocurrido hace unos 1,75 millones de años, y creemos que esto marcó un punto de inflexión en la evolución del cerebro humano, provocando la evolución hacia una nueva especie de humanos», explicó uno de los autores, Shelby Putt, del Instituto de la Edad de Piedra de Indiana.

Los expertos también constataron que las redes neuronales implicadas en el lenguaje de los humanos modernos solo se activaban durante la fabricación de herramientas achelenses cuando los participantes aprendían esa técnica a través de instrucciones verbales.

Dado que es muy posible que hace 1,75 millones de años los humanos no se comunicasen verbalmente, apuntan, la fabricación de herramientas achelenses quizá no dependió solamente de la evolución de los centros cerebrales responsables del lenguaje.

«Nuestros descubrimientos no se solapan claramente con los estudios anteriores que indican que el lenguaje y la fabricación de herramientas de piedra evolucionaron a la par. Hay más base para la idea de que la memoria de trabajo y la integración de redes audiovisuales sentaron los cimientos para el avance de la elaboración de herramientas», dijo John Spencer, de la Universidad de East Anglia.

Aunque aún es un misterio «cuándo y cómo» los humanos se «volvieron excepcionalmente inteligentes» y comenzaron a usar el lenguaje, este estudio demuestra que la aparición de herramientas más complejas supuso un «importante cambio cognitivo» para que nuestros antepasados «comenzasen a comportarse más como humanos en vez de como simios», destacó Robert Franciscus, de la Universidad de Iowa.

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