Una de las tendencias más potentes en Instagram es el fitness. Una realidad que se hace especialmente evidente si revisas la cantidad de seguidores de cuentas como @fitnessgirlsmotivation, más de 5 millones, o @body_fitness_fashion, 2,2 millones.
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En una primera lectura, esta tendencia tiene sentido, ante el auge de la vida sana, los ejercicios y la idea de mantener un cuerpo más saludable, pero algunos creen que detrás de esta “avalancha” de mujeres luciendo físicos perfectos no está la idea de fomentar una vida más cercana a los ejercicios y la salud, sino que existe una cuota sexual que tiende a predominar en muchas imágenes.
De ahí que el suplemento de ZEN del diario El Mundo, de España, se preguntó si “¿es el fitness el nuevo ‘soft porno?”. En la publicación se cita a Natalia Mehlman Petrzela, profesora e investigadora de la cultura fitness en The New School, de Nueva York, quien asegura que en Instagram “proliferan fotos de jóvenes que no son verdaderas deportistas y que se exponen en un erotismo pasado de moda”.
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La docente asegura que se postean como “musas inspiradoras, pero no tienen nada que ver con el deporte y usan el ejercicio físico como excusa para llamar la atención desde un punto de vista sexual. Todo esto va en contra de lo que debería ser nuestro papel en el fitness”.