Estilo de Vida

¿Estamos preparados para la vida extraterrestre?

El cosmonauta Yuri Usachev está seguro de la existencia de vida extraterrestre, pero se pregunta si el mundo estaría o no preparado para ello.

vida extraterrestre- Getty
vida extraterrestre- Getty vida extraterrestre- Getty (Sol de Zuasnabar Brebbia/Getty Images/Moment RF)

Yuri Usachev, cosmonauta y héroe de la Federación rusa, se muestra absolutamente convencido de que hay vida extraterrestre, pero se pregunta que si la encontramos, ¿estaremos preparados? ¿sabremos gestionarlo?.

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Usachev (Donetsk, Rusia, 1957) es uno de los cosmonautas rusos más famosos y respetados del país. Esta semana ha participado en «La semana del cosmos», un ciclo organizado por el Centro Ruso de Ciencia y la Obra Social «La Caixa» en Madrid.

A sus espaldas lleva cuatro viajes espaciales: dos misiones de larga duración en la estación espacial rusa MIR, y otras dos en la Estación Espacial Internacional (ISS), y siete paseos espaciales. En total 553 días viviendo en el cosmos.

«Con frecuencia me preguntan si he visto extraterrestres…Yo estoy absolutamente seguro de que hay vida ahí fuera. Estoy convencido de que no estamos solos y de que debemos estar preparados para encontrarnos con otras formas de vida que no sabemos cómo son», explica en una entrevista con Efe.

Pero para Usachev, la pregunta no es si hay o no vida fuera de nuestro mundo, sino si estamos preparados para ello.

«Creo -asegura- que aún no. Lamentablemente todavía no comprendemos muchos aspectos de nuestra propia vida. No entendemos lo que es vida y eso es lo primero que deberíamos hacer. Por ahí deberíamos empezar. Solo entonces estaremos preparados para encontrarnos con otras formas de vida y averiguar qué esperamos de ese contacto, qué haríamos con ellos, qué les preguntaríamos…».

Usachev, retirado de la escuadra de cosmonautas desde 2005, es especialista principal del Departamento de vuelos experimentales de la Corporación de naves espaciales ‘Energía’, actividad que compagina con viajes y charlas de divulgación en las que difunde su amor por el Cosmos y sus vivencias en el espacio.

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Usachev «desde niño quería ser aviador». «El ambiente en la antigua Unión Soviética te hacía querer ser como los aviadores, hacer algo grande. Por eso acudí al Instituto de Aviación de Moscú, donde me gradué -fue el primero de su promoción- y después hice las prácticas en la Corporación ‘Energía’, dedicada a la exploración del Cosmos», explica.
Pero como en esa época el programa espacial de la URSS era alto secreto, «hasta que no ingresé en la empresa no sabía que podría ser cosmonauta».

Diez años más tarde, Usachev era el ingeniero de a bordo de la 15 expedición a la MIR, su primer viaje de larga duración, de 182 días. Y en mayo de 2000, se convertía en el primer comandante ruso en pisar la Estación Espacial Internacional (ISS).

«Los días allí se parecen a una jornada de trabajo en la Tierra. De hecho, se siguen los horarios terrestres. A las 6 de la mañana salimos del saco de dormir, que está anclado, dada la ausencia de gravedad».

Tras revisar los sistemas, se hacen las rutinas normales: higiene, afeitado, y desayuno «que, aunque cueste creerlo consiste en un amplio surtido de alimentos que sólo hay que rehidratar».

Después, se conecta con el centro de gestión de vuelos y se revista el programa del día: «puede ser una reparación, la preparación para un paseo espacial, experimentos científicos, etc».

Al terminar, los cosmonautas están obligados a hacer 90 minutos de ejercicios físicos en una bicicleta estática y en una cinta en la que corren 5 kilómetros diarios. «La verdad es que nunca he corrido tanto como en el Cosmos», ironiza Usachev.

El resto del día se completa con el almuerzo, más trabajo, cena y lo más importante: «una reunión en la que se prepara la jornada del día siguiente. A las once de la noche volvemos al saco».

Usachev ha pasado así 553 días, en los que lo más duro era la ingravidez, «algo antinatural para el hombre».

«En la Tierra la sangre está en la barriga y las piernas pero en el espacio está distribuida por igual, lo que da la sensación de que la cabeza está muy llena. No es agradable, desde luego».

«Lo mejor, el aspecto de la Tierra desde el Cosmos», de eso «no hay duda».

En cuanto al futuro, Usachev ve «razones para el optimismo», pero advierte que la principal traba sigue siendo «la política y las relaciones entre socios».

«Lamentablemente, aunque la carrera espacial es internacional, cada socio sigue teniendo su propio programa, y aunque algunas cosas las hagamos juntos, seguimos divididos política, económica, técnica y científicamente, también ahí arriba», concluye. EFE

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